Muere Pepe Mujica, expresidente de Uruguay a los 89 años

Uruguay- El expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, falleció a los 89 años, dejando un legado político y humano que lo transformó en un referente global. Su trayectoria, marcada por la lucha social, la sencillez y la coherencia, lo consagró como una de las figuras más representativas de la izquierda en América Latina.

Desde abril de 2024, Mujica fue diagnosticado con cáncer de esófago, enfermedad que con el tiempo afectó también su hígado. En enero de 2025, anunció públicamente que no seguiría con tratamientos médicos debido a su avanzada edad y a problemas de salud preexistentes. Su esposa, Lucía Topolansky, confirmó que el exmandatario permaneció en su casa en las afueras de Montevideo, donde recibió cuidados paliativos, rodeado de sus seres más cercanos. En sus últimas apariciones públicas, se le vio notablemente deteriorado, asistiendo en silla de ruedas al aniversario del Frente Amplio en marzo de 2025. El 11 de mayo, por primera vez desde 1985, no participó en las elecciones departamentales.

Mujica asumió la presidencia el 1 de marzo de 2010, representando al Frente Amplio. Durante su mandato impulsó reformas sociales de alto impacto como la legalización del matrimonio igualitario, la regulación del cannabis y la despenalización del aborto. Su estilo de vida modesto y su discurso contrario al consumismo lo convirtieron en un líder admirado a nivel nacional e internacional. Renunció a los lujos del cargo, donó la mayor parte de su sueldo presidencial y continuó viviendo en su chacra, ubicada en la periferia de Montevideo.

Más allá de su paso por la presidencia, Mujica se consolidó como una figura mundial de la política ética y el vivir con sencillez. Su intervención en la ONU en 2013, en la que criticó el modelo consumista y promovió una vida más humana y equilibrada, tuvo gran repercusión global. Fue convocado a múltiples encuentros internacionales y se convirtió en una voz destacada en temas como justicia social y sustentabilidad. Su imagen trascendió la política uruguaya, siendo reconocido como un líder moral en la región y en el mundo.

Mujica fue un político singular: honesto, austero y profundamente fiel a sus principios. Exguerrillero tupamaro, estuvo más de 10 años encarcelado durante la dictadura militar. Tras recuperar su libertad, optó por la vía democrática, convirtiéndose en senador, ministro de Ganadería y finalmente presidente de la República. Su herencia permanece en las políticas sociales que promovió y en su ejemplo de vida coherente con su pensamiento.

Mujica estuvo casado con Lucía Topolansky, exvicepresidenta de Uruguay y compañera de militancia. No tuvieron hijos, una decisión que Mujica lamentó en diversas entrevistas, admitiendo que su entrega total a la política le impidió formar una familia. Vivieron juntos en su chacra, alejados del confort del poder, manteniendo una vida simple hasta el final.

Con su fallecimiento, Uruguay y el mundo se despiden de un líder que rompió los moldes del poder tradicional y dejó una marca profunda en la historia contemporánea. Su legado seguirá iluminando el camino de las nuevas generaciones.