LAS PRIMAVERAS DE COLIMA

A mi nano
Por: Juan Carlos Recinos

Hoy en día, la tecnología nos ha alcanzado y nos ha rebasado en un parpadeo.
No advertimos que esto es parte de la evolución del ser humano a terrenos insospechados de la ciencia, la vida y de nuestra propia circunstancia social. Todo está cambiando (inevitable no sentir los estragos que a cada segundo modifican al planeta), incluso, los caminos de la libertad.

Hace unos días compartí una foto de las Primaveras de Colima en mi estado de WhatsApp y muchos cayeron rendidos ante la majestuosidad del color amarillo de las flores (amarillas como la luz del sol, como el color amarillo de Rothko, como el mango ataulfo y como los pétalos de los girasoles). La publicación de la foto, provocó en mi hermano una reacción que no vi venir pero que compartiré.

Mi Nano dice que las Primaveras de Colima, han comenzado a florear con anticipación y que su floración no corresponde a los tiempos que vivimos (tiene razón). Mi hermano es joven como este siglo que avanza rápido y que, en un instante se nos ha convertido en casi un cuarto de siglo, casi como su edad de hoy.

La Primavera de Colima es uno de los árboles más hermosos del mundo y aquí, simplemente son el color que nos define como ciudadanos de esta entidad. No hay un solo árbol que se acerque a su majestuosidad en estas fechas ni en otras. Su floración guarda una correspondencia con un secreto esencial: las costumbres y tradiciones de Villa de Álvarez y dan un significado de cambio en el resto de la entidad. Uno al ver las flores amarillas, calla con los ojos. Todo se transforma.

No pude explicarle a mi hermano las circunstancias del mundo que vivimos actualmente y que no son iguales a las de hace 25 años. Antes, la naturaleza nos ofrecía sus colores con la maestría del tiempo (ni antes ni después), hoy, el tiempo es relativo como bien lo dijera Einstein. Las cosas que la naturaleza nos regala, ahora llegan antes, como la vida misma del ser humano: los procesos se han vuelto prematuros. La vida se adapta y se renueva. Aquí se comprueba la teoría de Antoine Lorenzo de Laivosier “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”.

Quise decirle algo a mi hermano, pero preferí leer su defensa objetiva-naturalista. Quise decirle aquella inscripción que aparece en franjas roja, blanca y azul de la bandera francesa en un cuadro de la época cubista que pintó Pablo Picasso “Notre avenir est dans l´air” (Nuestro porvenir está en el aire), pero no pude, el arrebato de su juventud no me dio tiempo de reaccionar y creo que fue lo mejor.

Su insistencia fue tal, que me dictó sentencia ante la publicación de la foto y me puntualizó que: “no deben de florear aún, eso es consecuencia del calentamiento global: deben de florear a finales de febrero, por lo mismo se llama Primavera, inicia en primavera y según esta primavera da inicio el 21 de Marzo imaginateeeeeeeee”. En estos tiempos, nuestra supervivencia está en el hilo más delgado nunca antes visto, cada acto nuestro contra la naturaleza, tendrá consecuencias irreversibles.

Antes de dar respuesta a lo dicho por mi hermano quiero señalar que las opciones de supervivencia de nuestra especie están en nuestro planeta, si, en nuestra casa, la que estamos destruyendo y modificando profundamente para atender las necesidades de las masas. Picasso no se equivocó en su frase, pero tampoco está completa. Asimismo, la ciencia tiene que seguir explorando el espacio como lo señaló Carl Sagan para encontrar nuevos mundos, asimismo, tiene que sumergirse en los océanos como lo hizo Jean Cousteau para conocer lo que desconoce.

Si bien, nuestro porvenir está en el aire, también está arriba de nosotros, debajo de nosotros y en todas las direcciones a la que nos dirijamos. Sin embargo, las oportunidades de hoy, son pocas a las que nos planteó el mundo en el siglo XX. Es una realidad que nos dirigimos al abismo y que las sociedades que conocemos se transformarán en constructos sociales inimaginables. Lo que plantean las películas Wally y Nueve, son una realidad a la que nos acercamos vertiginosamente.

La tecnología nos dominará (la Inteligencia Artificial ya lo plantea en sus enfoques de realidad virtual bajo un orden estratificado de nuestra concepción integral de la vida como parte de nuestra dinámica de la realidad). La velocidad con la que pasa la vida, no nos permite ver el color de las cosas que nos rodean todos los días.

La vorágine por cumplir con un horario de trabajo (y también con el miedo a perderlo), llevar a los niños a la escuela, ir al mercado a comprar las cosas que serán utilizadas para preparar los alimentos, soportar el tráfico cada vez mayor por las avenidas que comúnmente transitamos, cargar con el miedo a ser víctima de la delincuencia, de un accidente vial, de ser estafado en las redes sociales, entre otras cosas, no nos da la libertad de ver el mundo. Vivimos mientras la luz del sol nos da calor y nos ilumina el camino, mientras el pulso del cerebro y los latidos de nuestros corazones nos desdoblan todos los sueños.

Amanece y oscurece. Así ven el mundo muchos, entre el color azul que se nos va presentando mientras la luz ilumina un nuevo día y de igual manera, muchos lo ven oscurecerse, mientras el astro rey, va recogiendo de puntitas su lengua de oro. Todos los días son así. La historia de nuestras sociedades la definen nuestras acciones.

Nano, al inicio del libro Los caminos de la libertad de Bertrand Russell, afirmó que: Cualquiera que contemple el mundo iluminado por un ideal, ya busque inteligencia, arte, amor o sencilla felicidad o todo junto, debe sentir una gran tristeza al ver las maldades  que inútilmente los hombres permiten hacer, y (si es un hombre de fuerza y energía vital) también debe sentir un apremiante deseo de conducir a los hombres hacia la realización de lo bueno a que le inspira su visión creadora.

La sociedad humana está viviendo un caos como nunca antes en su evolución (la vida en este momento se parece a la última batalla de Los Vengadores contra Thanos, el gran villano de todas las galaxias en ese momento. Y como bien lo señaló el Dr. Strange a Tony Stark, solo tendremos una oportunidad para hacer las cosas bien, solo una). Los bárbaros han vuelto, y en un intento de defensa para contrarrestar toda la maldad que nos azota como un látigo lleno de objetos punzocortantes, la vida y el color se abren camino.

El color amarillo de las flores de Las Primaveras es una evidencia de que el tiempo todo restaura y una vez más nos exhibe. No hay que buscar en los recuerdos lo que hemos perdido. Hay que vivir por nosotros, no morir esperando. No seamos sordos y ciegos. Hemos alterado todo el orden de nuestra propia naturaleza por un depósito de mentiras. Alcemos la vista y veamos la Gracia de Dios, el color de la vida. No pensemos en los malditos candidatos que han comenzado ha vendernos sueños y esperanzas falsas por un futuro incierto.

Detengamos el camino, veamos la majestuosidad de estos árboles. Veamos el color de sus flores. Veamos las flores y lo juntas que están en el árbol. Veamos como las aves llegan con el viento y nos regalan su gozoso canto. Veamos que por un instante el color de sus flores todo cambian, sin embargo, no dejemos de ver que, después de cumplir su ciclo de floración, las flores comienzan a caer en silencio y al hacerlo, hacen en el viento un pequeño remolino, caen como pequeñas gotas de oro a la deriva. Nuestra mayor responsabilidad es despojarnos de los miedos y vivir.

Nano, que Las Primaveras de Colima sean para ti y para todos, La luz desde un día cualquiera como bien lo dijera Jorge Guillén. Así es la vida y hoy es amarilla.