La sesión transcurría conforme al protocolo legislativo, pero a poco de terminar tuvo una sorpresa que molestó a algunos de los nuevos diputados.
Jesús Murillo Karam, militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), subía la tribuna de la Cámara baja para asumir la presidencia de su Mesa Directiva —para la que recién había sido elegido por 487 de los 500 votos—, cuando alrededor de 20 legisladores de los partidos de izquierda caminaron al frente del pleno con mantas contra el resultado de la elección presidencial, de la que el priista Enrique Peña Nieto es el virtual ganador.
«¡No a la imposición!» y «La presidencia no se compra», decían algunas de las pancartas, en alusión al rechazo de la coalición Movimiento Progresista a que Peña Nieto asuma el poder.
Una de los manifestantes era Luisa María Alcalde, quien representará a Movimiento Ciudadano, será una de las legisladoras más jóvenes del Congreso y es simpatizante de Andrés Manuel López Obrador, que en la contienda quedó en segundo sitio detrás de Peña Nieto, según el cómputo del Instituto Federal Electoral (IFE).
Extendiendo sus mantas, los legisladores inconformes permanecieron en el lugar y recibieron algunos silbidos, mientras Murillo Karam, político cercano a Peña Nieto, citaba a los nuevos diputados a la sesión del Congreso General del 1 de septiembre y daba por terminada la sesión constitutiva de la Cámara baja.
Cuando dejaba la tribuna, los manifestantes gritaron «¡No a la imposición!» algunas veces, lo que generó más silbidos. Al término de su protesta, regresaron a sus asientos.
Menos de dos horas antes, en el Palacio Lgislativo de San Lázaro imperaba el protocolo: los nuevos legisladores llegaban con sus invitados para asumir el cargo, se saludaban, se felicitaban, algunos se abrazaban y se tomaban fotografías.
Murillo Karam, que como presidente de la Cámara baja entregará a Peña Nieto la banda presidencial si el Tribunal Electoral confirma su triunfo, entró al salón del pleno acompañado de Manlio Fabio Beltrones, líder de la bancada priista. En su camino, no se detuvieron a hablar con los periodistas o posar para los fotógrafos.
Por el contrario, legisladores del aún gobernante Partido Acción Nacional (PAN), como Luis Alberto Villarreal —nuevo coordinador parlamentario—, Guillermo Anaya o Juan Bueno Torio, optaron por entrar solos al lugar. También lo hicieron así José Ángel Ávila y Ricardo Monreal Ávila, del bloque de izquierda.
A la misma hora, el Senado celebraba su propia sesión constitutiva, en la que asumieron el cargo los 128 legisladores y, por unanimidad, se eligió al panista Ernesto Cordero como presidente de la Mesa Directiva. En la Cámara baja faltaron a la ceremonia cuatro diputados.
El encuentro en la Cámara alta, que duró 55 minutos, ocurrió sin contratiempos y estuvo marcado por la asistencia de Alonso Lujambio, exsecretario de Educación Pública que padece cáncer de médula, y de la dirigente sindical Elba Esther Gordillo.
En silla de ruedas y con la cabeza afeitada, lo que le valió aplausos de sus compañeros, Lujambio asistió a asumir el cargo como senador para el periodo 2012-2018. Gordillo, que encabeza el sindicato de maestros, acudió como invitada de su hija, Mónica Arriola Gordillo, que ocupará el único escaño que ganó el Partido Nueva Alianza (Panal) tras los comicios del 1 de julio.
La instalación de la 62 Legislatura, que estará en funciones hasta 2015, se produjo en momentos en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) está por declarar si la elección presidencial fue válida o no.
El bloque Movimiento Progresista —que conforman los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano— impugnó el proceso y pide que se invalide, porque considera que Peña Nieto incurrió en gastos excesivos de campaña y compra de votos.
La semana pasada, el TEPJF anuló sólo 524 de las más de 143,000 casillas de las votaciones, lo que representó un revés para la izquierda, y ahora tiene hasta el 6 de septiembre para calificar los comicios.
Los partidos admiten que luego de las tensiones generadas en las elecciones, la próxima Legislatura, en la que ninguna fuerza será mayoría, tendrá el reto de llegar a acuerdos para aprobar reformas pendientes en materias como hacienda, educación, empleo o energía.
«Estas reformas que no fueron aprobadas en las legislaturas anteriores no fueron aprobadas porque el PRI bloqueó todas estas iniciativas que presentó tanto Acción Nacional como el propio Ejecutivo, pero ahora nosotros miramos hacia delante», dijo a CNNMéxico el diputado panista Guillermo Anaya.
Tomás Torres, diputado del Partido Verde Ecologista de Méxicó (PVEM), aliado del PRI, señaló que los legisladores del PVEM buscarán hacer «agenda común» con Peña Nieto y que el Congreso debe «hacer política» para aprobar las reformas pendientes.
Los priistas, por su parte, han anunciado que las primeras iniciativas que intentarán concretar son las de Peña Nieto en materia de combate a la corrupción y se declaran convencidos de que lograrán negociar con otras fuerzas políticas.
Tras su instalación este miércoles, el Poder Legislativo iniciará labores el 1 de septiembre, con la recepción del último Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón.
Con información de CNN