La experiencia post-pandemia COVID-19

La experiencia post-pandemia COVID-19
Salvador SILVA

Otro libro que Puertabierta Editores publicó durante la pandemia fue La experiencia COVID 19. Colima, reflexiones y propuestas. Obra coordinada magistralmente por el Dr. José Fernando Rivas Guzmán.
Mi intención original era, como en semanas anteriores, hacer una síntesis de la obra, pero al platicar con el Dr. Rivas, éste ofreció de manera muy generosa el escribir el texto que se publica a continuación. Su texto es, sin duda, pertinente, crítico y propositivo. (Salvador Silva Padilla).

Por: José Fernando Rivas Guzmán (Columna invitada)

Hace 4 años, en plena pandemia Covid 19, un grupo de médicos clínicos, académicos de la UdeC y de la UNAM, investigadores, epidemiólogos, funcionarios del INEGI Colima y ex funcionarios de salud a nivel federal y estatal, decidimos integrarnos y aportar a la colectividad profesional y a la comunidad, nuestra apreciación no meramente clínica, sino social frente a este gran reto que obligó al mundo entero a asumir decisiones, unas ya probadas y otras consideradas completamente como innovación urgente en la clínica y la Salud Pública.

Fue así que editamos y publicamos “La experiencia COVID-19, Colima, reflexiones y propuestas”. El libro se presentó siendo recibido como atrevido, bien calificado por expertos y mejor aceptado socialmente en diferentes foros, medios de comunicación y en la red universitaria de la Máxima Casa de Estudios colimense.

Ahora Salvador Silva Padilla, reconocido comunicador y presidente de la Fundación Cultural Puertabierta, nuestra casa editora, nos convoca a compartir puntos de vista post pandemia en el texto y contexto de lo que publicamos en 2021.

En tal orden de ideas se acreditó que institucionalmente el enfoque era clínico, meramente de atención médica en un sistema ya de suyo tan afectado por reformas y modificaciones que poco o nada ayudaron. No había lugar, ni capacidad, para las obligadas consideraciones institucionales en la práctica de una epidemiología que respondiera al gran reto social que planteaba la pandemia.

El caso también acreditó que la Medicina siguiera constreñida a tratar las urgencias que en avalancha demandaban los servicios, obligando a la reconversión hospitalaria.

Las incompetencias institucionales para superar las de funcionarios, causaron en México 800 mil fallecimientos en exceso y una fenomenología individual, familiar y social de cuyos resultados sigue padeciendo la población como Sociedad, el Estado como gobierno y el país como Nación.

Ahora nos convoca el reto de intentar, de reflexionar auto críticamente con la experiencia vivida, padecida y sufrida, acerca de lo propuesto, hecho, logrado y no logrado no sólo en resultados, sino en propósitos aun con los despropósitos ampliamente conocidos. Unos superados, otros disimulados u ocultados, pero todos presentes en el ánimo y en el compromiso personal y social.

No haremos pues, recuento cuantitativo. Otros se han encargado y siguen haciéndolo con estadísticas y otras evaluaciones..

Mejor, examen de conciencia.

En tal orden de ideas, es evidente que la prevención y el tratamiento se encuentran en la encrucijada de vivencias y experiencias, de propósitos y oportunidades que han de aprovecharse frente a éste y a los nuevos retos.

En vacunas y vacunación hay luces y sombras. Tantas, que en la compresión de esta colaboración no sería suficiente comentar. Cabe insistir, en cambio, que la mortalidad por exceso y la del personal de salud pudieron evitarse sin la inoportunidad, los errores y las deficiencias conocidas y ampliamente analizadas por expertos. La situación actual lo corrobora.

Vacunas y vacunación siguen siendo oportunidad y reto.

No vivimos “La nueva normalidad”, como llegaron a llamarle. Estamos en “La nueva realidad” por tanto, en la oportunidad de prevenir y aceptar éstos y otros retos y desafíos que acechan desde ya y que, sin duda, llegarán con más graves pandemias.

La Medicina Clínica y la Prevención cambiaron en todo el mundo. Y en este re-encuentro reitero que Epidemiología es la clínica social de la Salud Pública.

Ahora es, por tanto, conveniente realizar no solo control de enfermedades, sino Epidemiología de la Salud y avanzar considerando al Hospital ya no solo como lugar de atención de enfermedad, sino como Hospital de Salud.

La Epidemiología ha cambiado, y unas enfermedades ya no son las mismas.

En este nuevo panorama, tiene que incluirse la formación de los recursos humanos para la salud. Revisar, reformar y actualizar planes y programas de estudio en los que asignaturas relegadas hasta hoy, como Epidemiología y Salud Pública acrediten la relevancia que les ha sido regateada y aun sustraída.

El resultado, obvio, es que la motivación del alumnado se oriente a la curación, relegando acciones que también lo orienten a la prevención. De ahí la pertinencia de estudiar, con las causas de enfermedad, las causas de salud, empezando por los Determinantes Sociales.

La post-pandemia también enfrenta problemas psicológicos que siguen sin considerarse en personas, familia y Sociedad. Desintegración familiar, orfandad, maltrato infantil, deserción escolar, desajuste social juvenil, abuso de drogas y estupefacientes, criminalidad y suicidios. Y, por si fuera poco, adicionalmente envejecimiento de la población.

Se ve con desconfianza la Epidemiología porque puede descubrir problemas reales, desenmascarar las raíces sociales de problemas de salud, en los que la familia tiene que seguir siendo la gran puerta de acceso.

En tal panorama, no se hacen trabajos de Epidemiología. Se administran programas de control de enfermedades. Es, entonces, válido insistir en que si se estudian las causas de enfermedad, se consideren las causas de salud.

Y está presente el gran reto de la Epidemiología del Poder.

La pandemia también acreditó el valor de la Atención Primaria de la Salud y, desde luego, de la Telemedicina, que han de implementarse y fortalecerse desde ya. Es impostergable.

Se abatirán listas de espera y la negativa de atención mejorando la salud física, mental y social, reformando la enseñanza, mejor educación al pueblo y a las autoridades gubernamentales.

La Epidemiología, requiere de interés científico e interés social, en tanto que la mayor parte de los fondos en salud son para atención médica, a pesar de lo cual hoy, como nunca antes, el Sistema de Salud con sus reformas y las reformas de las reformas, afronte grandes deficiencias y debilidades que necesariamente incrementan la demanda de atención privada en consultorios, clínicas y laboratorios y la carencia de bienestar y de medicamentos exhibe el evidente éxito de las numerosas farmacias privadas. que súbitamente han aparecido por todos los rumbos.Todo ello, con las conocidas consecuencias en la ya de por sí dañada economía familiar.

Es obligado entender y aceptar que Cobertura Universal, no es Acceso Universal equitativo. De ahí, uno más de los grandes reclamos sociales.

El tema no concluye aquí. Antes, debemos rendir gratitud y solidaridad con el personal de salud, todo, que al servir, arriesgaron la vida y muchos hasta la ofrendaron. Siguen esperando justicia.

Reitero aquí las palabras de Sir Winston Churchill en la II Guerra Mundial “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”.

En tal contexto, tiene que rescatarse la autoridad del Consejo de Salubridad, integrar las Academias Nacional de Medicina y Mexicana de Cirugía como organismos consultivos del gobierno de la República, el Consejo Nacional y los Consejos Estatales de Salud, reconsiderar y fortalecer la participación de las autoridades municipales y jurisdiccionales. Sumar, sumar para bien de todos.

En este panorama, la propuesta es la mejor crítica.

Y la propuesta nos convoca a todos.

Concluyo con la reflexión que nos han legado quienes con su autoridad y experiencia, nos comparten desde el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia Covid-19 en México.

Connotados especialistas, investigadores, juristas, sociólogos y ex funcionarios al más alto nivel en Salud, advierten: “El conocimiento es la mejor prevención” y “Aprender para no repetir”.