La exitosa jornada
Por: Carlos AGUIRRE
El domingo 1 de junio de 2025, pasará a la historia por ser la fecha de la primera elección judicial. En ella el pueblo de México tendría la oportunidad de decidir a quienes serían los juzgadores de nuestro país.
Todos los niveles a excepción de los Jueces de Paz o de Menor Cuantía, cualquiera que sea su denominación. Estos fueron ignorados, como muchas otras cosas en este cochino proceso.
Justificaciones trató de tener muchas el titular del poder ejecutivo que envió la iniciativa de reforma constitucional, Obrador, quien se vio muy miserable y ambicioso, pasándose por el arco del triunfo al interés superior, solo le importaba su ego, salirse con la suya y que el movimiento que él inició, lograra el control absoluto del país.
La promesa en su discurso inicial de respetar a los otros dos poderes, que refrendaba lo que protocolariamente juró, minutos antes, en el mismo Congreso de la Unión, de cumplir y hacer cumplir la ley, quedó en el olvido justo en el momento en que un Juez se atrevió a decirle que lo que pretendía no era legal.
¿La cancelación del AICM? ¿El tren maya? ¿La ayuda a Cuba? ¿La contratación de médicos cubanos? ¿La cancelación de todos los fideicomisos para regalar y robarse el dinero de cada uno de ellos? ¿La ausencia de manifestaciones de impacto ambiental en todos los proyectos? En todo lo antes mencionado hubo violación a la ley y su respuesta además de hacer berrinche, siempre fue ME VALE MADRES Y HÁGANLE COMO QUIERAN.
Desde el momento en que la lista de candidatos a senadores y diputados la determinó por tómbola, dejó en claro que no le importaba nada, al final el único que decidiría era él, como lo fue. Para eso cuidado tuvo de echarse a la bolsa a las fuerzas armadas, llenando las bolsas de ellos, de billetes. Quien tiene al ejército comprado, tiene el control de todo y los demás solo somos espectadores. Así de simple.
No hay dictadura que se defienda en las urnas, todas se defienden con las armas. Obrador usó dos frentes. Por un lado, las fuerzas armadas y por otro, el crimen organizado. Les repartió el territorio para que cada uno de ellos operara. Así los puertos, aeropuertos, la obra pública y todo lo que implicara manejo de dinero o fuera estratégico para el ingreso de personas o cosas (las que fueran) al país, lo controlaría el ejército. El otro bando sería el principal usuario, como lo ha sido siempre y ahora las negociaciones serían directas entre ellos.
Lo anterior lo aderezó con una repartición de dinero como nunca en la historia se había visto, me atrevo a decir que en ningún país. Y a esto súmenle las mentiras que a diario repetía desde el púlpito presidencial, desde donde llegó a decir que, mientras la gente estuviera más pendeja, más apoyaría a Morena y así se encargó de crear una dependencia del gobierno e incrementarla cada que pudiera. Regaló dinero a manos llenas, al tiempo que nos quitó servicios de salud, comunicaciones y trasportes, educación y cultura, entre otras muchas cosas.
Lo único que faltaba quitarnos, era el sistema de impartición de justicia, los elementos que teníamos para defendernos del abuso de poder estatal, lo perdimos haciendo que la justicia ahora sí, sea cercana a la gente. ¡Qué manera de engañar al pueblo! ¡Que manera de verles la cara de tarugos a muchos (al menos a la mayoría)! Ahora, desde ya, no serán necesarios los juicios, estos serán en muchos casos, meros simuladores de justicia. La culpabilidad de alguien estará determinada desde las oficinas públicas. Se acabó la presunción de inocencia, por eso tuvieron cuidado en incrementar los delitos que merecen prisión preventiva. Basta la presunción para que la cárcel sea el albergue final de millones, ya verán.
¿Fue un éxito la elección? Para el régimen, desde luego que sí, lograron controlar al poder judicial y cuando salgan las cosas mal, podrán echarle la culpa a la gente que votó, al final Morena solo hizo lo que el pueblo bueno votó el 1 de junio en las urnas, porque el que manda es el pueblo y Morena lo sabe bien y hasta el día de hoy, ha sido el único partido capaz de saber exactamente qué quiere el pueblo.
Al fin y al cabo ¿Qué se puede perder, cuando no se tiene nada? La mayoría es la que decide y la mayoría no tiene nada…solo lo que recibe cada mes o bimestre en sus cheques del bienestar, aunque no tenga acceso a servicios de salud, al cabo, de todos modos casi no había y siempre quedará el discurso de los otros datos y el recuerdo de que el PRI robaba más.
Nos vemos pronto queridos amigos, bajo el sol.