Italianos afectados por sismos vuelven a recoger sus cosas

Más de 15 mil personas han pedido ayuda a la agencia italiana de Protección Civil y están alojadas en hoteles y refugios tras el terremoto del domingo y el de la semana pasada, indicaron el lunes las autoridades italianas.

Protección Civil esperaba que la cifra subiera porque no había contado a los muchos que durmieron en sus autos o buscaron otras soluciones, y que probablemente pedirán ayuda.

En la ciudad de Norcia, la más cercana al epicentro, los bomberos se preparaban para acompañar a la gente de vuelta a sus casas el lunes por la mañana para recuperar sus pertenencias.

No hubo muertos ni heridos en el sismo del domingo por la mañana, con una magnitud de 6,6, debido en gran parte a que la mayoría de los vulnerables centros urbanos ya estaban cerrados por los daños de los últimos días y muchas viviendas estaban evacuadas.

Pero sí complicó las tareas de rescate en una región que apenas se recuperaba de un terremoto en agosto que mató a 300 personas y un par de fuertes réplicas la semana pasada. La protección civil todavía alojaba a 2.000 personas desplazadas por el temblor de agosto.

El premier Matteo Renzi prometió proporcionar viviendas, pero muchos residentes se resisten, sea porque tienen negocios que atender, ganado que cuidar o por estar convencidos de que sus casas son el lugar más seguro si siguen en pie.

Las autoridades de protección civil dijeron que prevén un aumento de la cantidad de gente que necesita ayuda, entre ellos muchas personas que durmieron en vehículos o lograron otras soluciones precarias. Las temperaturas fueron gélidas durante la noche y las autoridades expresaron temor por los ancianos en esas localidades de montaña.

«No podemos tener carpas en las montañas bajo la nieve», escribió Renzi en un mensaje el lunes. «Hay hoteles suficientes para todos, pero muchos compatriotas no quieren dejar sus tierras, ni siquiera por algunas semanas».

La protección civil ha exhortado a la gente que se vaya de la zona sísmica debido a la dificultad de instalar carpas en la zona montañosa y el comienzo del invierno. Mucha gente se ha desplazado a zonas costeras, donde los hoteles turísticos están casi desiertos, y otras zonas alejadas.

El alcalde de Preci, una población de 700 habitantes 60 kilómetros al sureste de Perugia en Umbria, pidió a las autoridades que envíen carpas o contenedores porque la gente no quiere abandonar sus hogares. Dijo que hasta 400 personas preferían soportar el frío en carpas.

El vicealcalde Paolo Masciatti señaló las ruinas de la abadía de San Eutizio, destruida por la doble réplica de la semana pasada a pesar de los refuerzos introducidos después de un temblor en 1997.

«Como ven, nuestra historia, nuestra cultura se ha derrumbado», dijo. AP