Huida de venezolanos puede convertirse «en una crisis»

La Organización Internacional para las Migraciones advierte que la situación de los migrantes y refugiados venezolanos en Sudamérica puede deteriorarse rápidamente y convertirse en una crisis humanitaria.

La OIM recordó que al menos 1.6 millones de venezolanos han salido de su país desde 2015 y se están dirigiendo mayoritariamente a países vecinos.

El portavoz alabó el trabajo “magnífico” que están haciendo los países de acogida, pero alertó de que, si no hay más apoyo de la comunidad internacional, la situación puede empeorar.

“Esto se está convirtiendo en un momento de crisis que hemos visto en otras partes del mundo, particularmente en el Mediterráneo».

«Tenemos que empezar a alinear sus prioridades, financiación y medios para gestionar esto lo antes posible porque estamos viendo señales como los brotes de violencia en Brasil y las medidas restrictivas de algunas administraciones como una alerta temprana de que una situación difícil puede convertirse en una situación de crisis muy rápidamente y tenemos que estar preparados».

Miles de venezolanos han recibido como un mazazo la noticia de que Ecuador y Perú les exigirán un pasaporte para entrar al país.

La ruta que conecta Colombia y Perú, pasando por Ecuador, es una de las más usadas por los que huyen de la inseguridad y la escasez en Venezuela.

Hasta ahora, los venezolanos podían cruzar las fronteras con su cédula de identidad y la Tarjeta Andina, un documento migratorio regional. El pasado 18 de agosto, Ecuador comenzó a exigir un pasaporte y Perú comenzará a pedirlo este sábado.

El Alto Comisionado para los Refugiados y el director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han emitido un comunicado en el que muestran su “preocupación” por estas medidas.

“Reconocemos los crecientes desafíos asociados con la llegada a gran escala de venezolanos. Pero sigue siendo crítico que cualquier nueva medida continúe permitiendo que los que necesitan protección internacional puedan llegar a un lugar seguro y pedir asilo”, dice Filippo Grandi.

Más de 2.3 millones de venezolanos viven en el extranjero; 1.6 millones han salido desde 2015 y un 90 por ciento de ellos se ha quedado en América del Sur.

Según las cifras de ACNUR, unos 5 mil venezolanos abandonan cada día su país. Entre 2 mil 700 y 3 mil cruzan a diario de Colombia a Ecuador.

“Si no hay posibilidad de proceder, habrá más gente que va a quedarse en Colombia. Pedimos a los Gobiernos de la región solidaridad y su apoyo. Necesitamos un enfoque regional, integral para responder a las necesidades de los venezolanos y el apoyo de la comunidad internacional”, explica Yukiko Iriyama, la representante adjunta de ACNUR en Colombia.

“En este momento, en Venezuela es muy difícil obtener pasaporte porque cuesta mucho y el trámite es muy largo. A veces no hay papel y tinta para producir pasaportes”, detalla.

A ACNUR le preocupa que la gente que ha abandonado su país “por inseguridad, violencia, falta de comida y medicinas o falta de medios para ganarse la vida” no pueden regresar y para poder llegar a un lugar seguro podrían “tomar rutas con muchos riesgos si hay una imposición de pasaporte”.

“Pueden ser víctimas de traficantes, de reclutamiento forzado de niños por parte de grupos armados ilegales o de violencia sexual y de género”, detalla Iriyama. Los casos de niños no acompañados y las familias en la que no todos los miembros tienen pasaporte son especialmente vulnerables.