Hablan alumnas de los retos que enfrentan personas neurodiversas

Como parte de la Conferencia Final en México del proyecto internacional ENTENDER, se llevó a cabo el Panel: “Creando una cultura inclusiva, mejores prácticas en nuestras universidades desde la perspectiva del estudiantado”, donde tres alumnas hablaron sobre la importancia de una educación inclusiva, de las actividades que realizan en sus centros de estudios, así como de los retos a los que enfrenta una persona neurodiversa.

Naomi Arelí Villafuerte Martínez, de la Universidad de Colima; Priscila Bórquez, de la Universidad Nacional de Jujuy y Catalina Paronzini, de la Universidad del Gran Rosario, ambas de Argentina, coincidieron en que los modelos de enseñanza deberían adaptarse para que las personas neurodivergentes puedan tener las mismas posibilidades de aprender, ya que no es lo mismo el desempeño de una persona con Trastorno del Espectro Autista, que alguien con Trastorno de Déficit Atención e Hiperactividad (TDAH); “muchos piensan que somos incapaces de hacer actividades con normalidad, pero quizás necesitemos más tiempo o estrategias distintas para lograrlo, pero podemos hacerlo” dijo Villafuerte Martínez.

Allí radica, coincidieron, la importancia de crear una educación inclusiva, no sólo de los profesores hacia los estudiantes neurodiversos, sino con el resto de la comunidad universitaria; es decir, reconocer que existen los trastornos del neurodesarrollo, socializar estos temas y a partir de ahí generar estrategias de inclusión.

Una investigación hecha por Catalina Paronzini, en las dos universidades argentinas mencionadas, identificó que existe desconocimiento de las patologías y los métodos de enseñanza que existen para las personas neurodiversas, y es este desconocimiento el que genera prejuicios entre compañeros y docentes.

Catalina comentó que una de las estrategias que podrían utilizarse para detectar a los estudiantes neurodiversos “es realizar un cuestionario al momento de su ingreso, donde expresen si tienen necesidades especiales, para que sean las instituciones y dependencias quienes generen ambientes amigables, ya que lamentablemente son los estudiantes quienes recurren a pedir ayuda”.

En el caso de la Universidad Nacional de Jujuy, compartió Priscila Bórquez, se tiene un Centro de Estudiantes, el vínculo más cercano con las autoridades, que podría funcionar como el mediador para llevar estos temas a la comunidad universitaria.

Para las ponentes, una de las principales preocupaciones es que aún no se han derribado los mitos de la neurodiversidad; es tiempo dijo Arelí Villafuerte, “de utilizar los términos correctos, dejar de decir que la persona es idiota o mensa; es momento de visibilizar y ayudar”.

Las estudiantes compartieron algunas actividades que se realizan o que están por arrancar, para hacer frente a este tema. Catalina Paronzini compartió que a partir del programa ENTENDER, se capacitó a formadores, “lo que les permitió replantearse cuáles son los contenidos, de qué forma se enseñan, y profundizar en los contenidos existentes; se están pensando nuevas estrategias enfocadas en el ingreso, la permanencia y el egreso de los estudiantes neurotípicos y neurodivergentes”.

Priscila Bórquez, por su parte, compartió que a partir de la convocatoria de ENTENDER y tras la búsqueda de más información por internet, es como decidió apoyar a los estudiantes desde su actividad como una ayudante de profesor; “les comenté sobre el tema a mis profesores y que podíamos cambiar la manera en que enseñábamos; al iniciar la materia hicimos una encuesta y con base a esto se cambió la metodología de enseñanza”.

Finalmente, Naomi Arelí Villafuerte compartió que desde las prácticas profesionales que realiza se están generando diversas actividades, como crear perfiles en redes sociales donde se hable del tema, además de realizar conferencias y, desde una manera más personal, ella es columnista en algunos periódicos del estado.