Gubernaturas: no sólo se trata de romper el techo de cristal

EL ARCÓN DE HIPATIA
Por. Saraí AGUILAR ARRIOZOLA 

Las mujeres rompieron un techo de cristal en las recientes elecciones: el de las gubernaturas. La paridad de género, la cual se refiere a una participación y representación equilibrada de mujeres y hombres en los puestos de poder y de toma de decisiones en todas las esferas de la vida –política, económica y social– se considera actualmente un indicador para medir la calidad democrática de los países (SEGOB 2021).

En 2014 se reformó el artículo 41 constitucional para establecer: “los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, […] principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así como las reglas para garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales”.

Sin embargo, esto es resultado de la insistencia y batalla constante de las mujeres que han luchado porque se cumpla. Previo a las elecciones, tanto el PAN como Morena fueron los dos partidos que más inconformidad mostraron con el mandato del INE de tener que contar con al menos siete candidaturas a gubernatura de las 15 en juego.

El tema de las gubernaturas, aunque parezca increíble, había sido un espacio donde las mujeres parecían no tener acceso por décadas.

En su historia reciente, México ha tenido nueve gobernadoras: cinco del Partido Revolucionario Institucional (PRI); dos del de la Revolución Democrática (PRD); una de Acción Nacional y una de Morena. La primera de ellas fue la priista Griselda Álvarez Ponce de León en los años 70, mientras las dos últimas elegidas fueron la panista Martha Erika Alonso, quien falleció menos de un mes después de tomar el cargo, y la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Esta última y la priista Claudia Pavlovich son las únicas mujeres del actual elenco de mandatarios estatales.

Previo a las campañas, mujeres en política y activistas irrumpieron en la arena electoral para demandar un derecho: #ParidadEnTodo. Si bien en un principio se creó un sentimiento de inconformidad en decir que la cuota no daba paridad y que dar las candidaturas en equidad no garantizaba que se abrieran los espacios, el domingo 2 de junio quedó demostrado que la acción afirmativa era necesaria. Pues de siete espacios para mujeres, en seis triunfaron.

Los seis estados que estarán representados por una mujer son: Colima, Tlaxcala, Guerrero, Chihuahua, Campeche y Baja California.

Aritméticamente el reto se está logrando. Tener paridad. Habrá que ver si en la escena política y en las condiciones de vida de las mujeres esto se ve reflejado. Que sea una paridad sustantiva y no meramente una fachada. Pero de esto no solo ellas podrán demostrar si llegaron para romper el techo de cristal o se resistirán al final a hacerlo. No nos fallen.

 

Columna publicada con la autorización de Sarai Aguilar A.