Comala. En las comunidades rurales de Suchitlán y Zacualpan existe un grave problema de alcoholismo entre jóvenes de 15 a 18 años de edad, informó Melesio Guzmán Santos, líder social y ex regidor del ayuntamiento de Comala.
Para Melesio existen dos formas de atacar el problema: una de ellas es creando centros de esparcimiento en las comunidades, donde los jóvenes encuentren alternativas sanas para pasar sus tiempos libres.
La otra es que se realice una campaña intensa en las comunidades en la que logren hacer que los padres de familia tomen cartas en el asunto, ya que incluso son los padres quienes permiten que desde niños se comience con la ingesta de bebidas alcohólicas como símbolo de hombría.
“En cada esquina todas las noches, pero sobre todo sábados y domingos, hay muchos (tomando) y la mayoría son jóvenes que se dedican a eso como forma de distracción”.
El alcoholismo influye incluso en el turismo, pues en la comunidad de Zacualpan existe un centro turístico llamado El ojo de Agua o Los Manantiales, donde los hombres ebrios, con música a todo volumen, pasan sus días sin importar la imagen que proyectan, algunos hasta buscan pleito y terminan por ahuyentar al visitante.
“No se les puede prohibir la entrada porque son gente de ahí”.
Lo alarmante para Melesio es que los niños están viendo que el alcoholismo es normal. “Los niños te dicen ‘yo cuando crezca me voy a tomar seis caguamas’. El tema es romper con esa cadena cultural”.
Hay quienes han optado por salir en busca de diversión a la zona metropolitana. Son pocos aquellos que cuentan con un medio de transporte para hacerlo; sin embargo, ha resultado contraproducente pues el ambiente es completamente distinto al que están acostumbrados; “no se hallan”, se ponen a tomar, regresan ebrios y terminan accidentados.
“Yo creo que la solución es formar centros de recreación donde se respeten las leyes, como una discoteca que cierre a la hora que lo marca el reglamento municipal y donde esté prohibida la venta de alcohol a los menores de edad”.
Además es necesario formar Centros de Convivencia Juvenil y castigar a quienes tomen en la vía pública, lo desafortunado es que al no cambiar la percepción social será una medida inútil pues los padres, al saber que su hijo está en los separos, paga la multa en lugar de ayudar a sus hijos.
La drogadicción, al contrario, es mal vista por la sociedad de las comunidades, por lo que no han prosperado los brotes que han surgido a raíz de que personas han regresado de Estados Unidos debido a la falta de oportunidades.
“Ellos ya no conviven con cerveza. Consumen cocaína, mariguana, vienen un poco más alterados”.
Afortunadamente, los padres de familia han intervenido para erradicar la drogadicción.
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