Tras la pandemia se produjo a nivel global, pero más acusadamente en Estados Unidos, una “gran renuncia”. Millones de personas les decían que no a sus puestos de trabajo buscando mejores condiciones, salarios más altos o una mayor flexibilidad.
En 2025 los desafíos están siendo otros, que ya no tienen que ver con una renuncia formal sino con una “renuncia silenciosa”. Este mal puede alcanzar a cualquier equipo de cualquier industria, incluso las más vocacionales, y puede arrastrar consigo la productividad y el clima de trabajo.
A continuación hablaremos del fenómeno y de cómo una plantilla de formato de asistencia laboral como la de Factorial puede tener un rol a cumplir en la prevención del malestar en los equipos.
Ir pero no estar
¿Se puede ir a un lugar y permanecer físicamente ocho horas ahí, pero que la mente en realidad esté en otra parte? El fenómeno de la renuncia silenciosa ha demostrado que sí, esto es posible, ya que este mal que aqueja a las empresas es justamente eso, los empleados acuden a sus puestos de trabajo pero hacen lo mínimo necesario para no ser despedidos, sin ningún tipo de compromiso o cuidado por su productividad.
Y lo peor es que la actitud de desapego por el puesto es contagiosa. Un equipo donde varias personas entran pensando en la hora de salida y que durante los ratos libres aplican a nuevas ofertas en Linkedin difícilmente logre objetivos extraordinarios.
Por eso, cada vez más empresas en México están tomando cartas en el asunto y llevan adelante estrategias de prevención de la renuncia silenciosa, que hace estragos no solo en la productividad y el clima laboral, sino también en la rentabilidad a largo plazo y en la imagen de la corporación.
Estrategias para prevenir las renuncias silenciosas
Cualquier empresa que quiera seguir viva en las próximas décadas tendrá que prestar atención a sus dos clientes principales. Por un lado, el cliente externo, aquel que consume sus productos o servicios. Por el otro, el cliente interno, es decir sus empleados y colaboradores. Aquí algunas ideas para mejorar el bienestar de este último.
Mejorar los procesos de control
La mejora de los procesos de control dentro de la empresa, paradójicamente, puede ser una de las claves para prevenir este fenómeno, ya que no se trata de controlar como quien registra para sacar multas o sanciones, sino de llevar una contabilidad detallada de los parámetros de salud de los equipos.
Las llegadas tarde, los objetivos incumplidos y la diferencia de rendimiento contra los pares pueden ser marcadores de que una persona está haciendo una renuncia silenciosa o al menos que está teniendo un período difícil a nivel laboral.
Contar con estos datos y compararlos a través de un formato de asistencia laboral puede ser muy útil para los departamentos de Recursos Humanos. Detectar el malestar permite actuar a tiempo y darle a la persona herramientas para volver a comprometerse con su trabajo y, en definitiva, aportar al bienestar de la empresa.
Capacitar para retener el talento y disminuir la rotación
Una de las peores cosas que puede hacer una empresa es matar la curiosidad de sus empleados y la necesidad de aprender más, sea sobre su misma área o sobre otras colindantes. Los empleados más motivados son los que generalmente buscan capacitarse, no solo para mejorar sus habilidades sino también para tener una ventaja competitiva frente a los demás.
La falta de oportunidades de crecimiento no solamente se expresa en “renuncias silenciosas” sino también en renuncias reales. En México, la rotación de empleados en algunos sectores, por ejemplo las tecnologías de la comunicación y software llega al 35%, frente al 16,75% en otros ámbitos.
Lejos de ser un fenómeno menor, la fuga de talento puede tener un impacto financiero alto, ya que reemplazar a un empleado altamente calificado o en un puesto superior puede costar hasta el 200% de su salario anual, según Gallup.
En ese contexto, capacitar a los empleados existentes resulta más económico que contratar nuevos colaboradores, además de aportar ideas frescas y conocimiento a la empresa, en forma de nuevas prácticas.
Mejorar el “salario emocional” de los equipos
El sueldo es importante. Importantísimo. Una persona que no cobra un salario acorde a su función o no percibe lo suficiente para vivir con tranquilidad difícilmente pueda concentrarse al 100% en las tareas que tiene en frente.
Sin embargo, el dinero percibido al final del mes no es lo único que puede aportar una sensación de bienestar en el ámbito del trabajo. A veces las empresas pueden hacer convenios mutuamente beneficiosos entre sus empleados. Por ejemplo, los bancos se asocian con cadenas de gimnasios para que los empleados de unos y otros puedan tener beneficios mutuos.
Otros detalles, como la disponibilidad de frutas, té y café en el espacio de trabajo, el mantenimiento edilicio y el confort (que no haga demasiado calor ni frío), los vales de ropa o de alimentos y, sobre todo, las medidas de conciliación con la vida fuera del trabajo son algunos de los “detalles” que pueden marcar la diferencia para los empleados y producir que se reenganchen con sus puestos o que mantengan su fidelidad a la corporación.