En México, 6.9 por ciento de la población de 15 años no sabe leer ni escribir; en Colima es el 6.1 por ciento

Colima.- Mientras en México el 6.9 por ciento de la población de 15 años y más no sabe leer ni escribir, en Colima la tasa es del 6.1 por ciento de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En el año 1967 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) proclamó el 8 de septiembre como el Día Internacional de la Alfabetización, con el objetivo de crear conciencia sobre lo importante que es para la población tener la capacidad de la lectoescritura, así como generar entre los gobiernos de las diferentes naciones un compromiso en materia de educación y desarrollo.

Por lo anterior, el INEGI presenta información estadística que permite actualizar y enriquecer el conocimiento sobre los niveles de analfabetismo en nuestro país, así como evidenciar las disparidades regionales sobre este tema.

ALFABETISMO

La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a la educación, la cual será gratuita y obligatoria al menos hasta la instrucción elemental; en el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se ratifica este derecho estableciendo las obligaciones del Estado por proporcionar servicios de educación gratuitos y obligatorios hasta nivel básico y la obligación de tutores y custodios de hacer preservar estos derechos.

No recibir la educación elemental para que la población adquiera la habilidad de la lectoescritura, atenta contra un derecho universal y los efectos que esto significa son desfavorables para quienes guardan esta condición: “…haciendo que las personas carezcan del reconocimiento social que merecen, presenten baja autoestima, autonomía y poca reflexión crítica; sean ‘víctimas de engaños’ y presenten limitaciones a la hora de conocer y de acceder a los derechos individuales que la ley les otorga, así como para participar activamente en la consecución de los derechos colectivos, que son esenciales para la dignidad del ser humano”.

Los beneficios de la alfabetización no sólo se dan a nivel individual, éstos trascienden a las comunidades y naciones, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), “la creación de entornos y sociedades alfabetizados es esencial para erradicar la pobreza, reducir la mortalidad infantil, poner límite al crecimiento de la población, lograr la igualdad entre los géneros y alcanzar el desarrollo sostenible, la paz y la democracia”.

La UNESCO estima que en 2008 a nivel mundial había 796 millones de personas de 15 años y más que no saben leer ni escribir, por lo que la tasa de analfabetismo para este grupo de población es de 17%, y en las mujeres es mayor (21%) que en los hombres (12 por ciento). Más de la mitad de quienes no saben leer ni escribir (412 millones) vivían en el Suroeste de Asia y otros 176 millones estaban en el África Subsahariana, estas dos regiones acumulan tres cuartas partes (74%) de quienes no saben leer ni escribir en todo el mundo.

En América Latina, el porcentaje de personas de 15 años y más que sabe leer y escribir es de 91%, que de acuerdo a la UNESCO es un rango en el que la alfabetización es casi universal.

En México, los datos censales evidencian que de 1930 a 2010, el porcentaje de población de 15 años y más que no sabe leer y escribir se redujo de tal modo que es casi nueve veces menor, de 61.2 a 6.9 por ciento. En 2010, seis de cada diez personas analfabetas son mujeres.

La tasa de analfabetismo por edad evidencia amplias brechas generacionales, una cuarta parte de la población de 60 años y más no sabe leer ni escribir; en tanto que en la población de 30 a 59 y de 15 a 29 esta proporción se reduce a 6.1 y 1.9%, respectivamente. Las diferencias por sexo se han reducido en las generaciones más recientes.

Generalmente, los ocho años se consideran como la edad en la cual un niño debe saber leer y escribir, ya que oficialmente a los seis años cumplidos debió ingresar al primer año de primaria. De la población infantil de 8 a 14 años, 3.6% no sabe leer ni escribir; de ésta 30% no asiste a la escuela, por lo que resulta probable que no adquieran esta capacidad o la adquieran tardíamente.

ANALFABETISMO EN ENTIDADES Y MUNICIPIOS

El analfabetismo no es un fenómeno individual, sino de naturaleza estructural, se encuentra estrechamente vinculado con la pobreza, ya que los índices más altos de población analfabeta se concentran en las regiones menos desarrolladas donde la educación se convierte en una de las claves de acceso a una mejor calidad de vida. Los datos del último evento censal así lo corroboran, en 2010, las tasas más altas de analfabetismo entre la población de 15 años y más se presentan en Chiapas, Guerrero y Oaxaca (con niveles superiores a 16 por ciento).

En 784 municipios, que concentran 71.7% de la población de 15 años y más del país, se presenta una tasa de analfabetismo inferior a 7.9% (estrato 1 del mapa), una buena parte de estas demarcaciones se ubican en la región norte del país. En contraste, 109 municipios (que agrupan a 0.9% de la población de 15 años y más) ubicados principalmente en la región centro y sureste del país (Oaxaca, Puebla, Veracruz, Guerrero y Chiapas) tienen tasas de analfabetismo superiores a 34.2% (quinto estrato del mapa); de éstos Cochoapa el Grande (Guerrero), Coicoyán de las Flores, Santa María la Asunción (Oaxaca), Tehuipango y Mixtla de Altamirano (Veracruz) registran tasas que indican que más de 55% de su población es analfabeta.

En la mayoría de los municipios la proporción de población que no sabe leer ni escribir un recado es más alta en las mujeres que en los hombres. En 31 de estas demarcaciones la tasa de analfabetismo es de 50% o más entre las mujeres, en todos ellos, la diferencia respecto a las tasas que registran los hombres supera en promedio los 18 puntos porcentuales. Cabe señalar que en Cochoapa el Grande (Guerrero), Santa María la Asunción (Oaxaca) y Tehuipango (Veracruz), más de dos terceras partes de la población femenina de 15 años y más, es analfabeta.

ANALFABETISMO FUNCIONAL

La UNESCO considera que la alfabetización debe representar un continuo aprendizaje que le permita al individuo cumplir sus metas, desarrollar su potencial y conocimientos y participar activamente en actividades comunitarias y sociales. Este mismo organismo propone que la población requiere entre tres y cuatro años de educación primaria efectivamente cursados para adquirir los conocimientos de lectoescritura mínimamente necesarios para desenvolverse en la vida. Conforme a lo anterior, el concepto de analfabetismo funcional se refiere a aquellas personas de 15 años y más que tienen acreditados menos de tres grados de primaria, dicho criterio considera los resultados de diversas investigaciones y encuestas, las cuales establecen que quien no ha completado al menos tres grados de educación, tiene una alta probabilidad de regresar al estado de analfabetismo y, aquellos que tienen tres o más grados, ya han pasado el umbral a partir del cual ya no se convierten en analfabetos por desuso y son capaces de utilizar la lectoescritura en su vida y trabajo cotidianos.

Los datos censales de 2010 muestran que entre la población de 15 años y más, la proporción de analfabetas funcionales es de 11.6 por ciento; en las mujeres es de 12.6%, mientras que en los hombres es de 10.5 por ciento. Por entidad federativa, Chiapas, Guerrero y Oaxaca tienen proporciones que superan los 21 puntos porcentuales.

En 152 municipios la tasa de analfabetismo funcional es superior a 38 por ciento; de éstos en Cochoapa el Grande (Guerrero), Coicoyán de las Flores, Santa María la Asunción (Oaxaca) y Tehuipango y Mixtla de Altamirano (Veracruz) más de 60% de su población presenta esta característica. Por su parte, el estrato con las tasas más bajas se integra por 707 municipios cuyas tasas de analfabetismo funcional son inferiores a 13.6%, de éstos sobresalen Apodaca (Nuevo León), Guelatao de Juárez y San Sebastián Tutla (Oaxaca), Divisaderos (Sonora), Coacalco de Berriozábal (México) y Benito Juárez (Distrito Federal) donde la proporción de población de 15 años y más que no concluyó al menos el tercer grado de primaria no supera el tres por ciento.

En tres cuartas partes de los municipios la tasa de analfabetismo funcional en las mujeres es mayor o igual a la de los hombres; en contraste se observa que en Santiago el Pinar y Zinacantán, ambos en Chiapas, así como San Martín Itunyoso, Oaxaca, las diferencias son superiores a los 25 puntos porcentuales.

ANALFABETISMO EN EL HOGAR

Se ha demostrado que los padres analfabetos tienden a tener menores expectativas y aspiraciones educacionales para sí mismos y sus hijos. En las familias de escasos recursos, es frecuente que se privilegie el trabajo antes que la educación, debido a su costo de oportunidad ; conforme a la muestra censal de 2010, en 8.4% de los hogares el jefe no sabe leer ni escribir; por su parte, 7.7% de los menores de 15 años y 7.6% de los jóvenes de 15 a 29 años forman parte de un hogar encabezado por un jefe que no cuenta con dicha capacidad. De ahí la imperante obligación del Estado de brindar servicios educativos adicionales a estos niños y jóvenes para compensar las carencias educativas en el ámbito doméstico, y que se promueva la alfabetización de los responsables del hogar.

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