CUAUHTÉMOC.– En un ambiente de profundo dolor y recogimiento, el obispo de Colima, Gerardo Díaz Vázquez, presidió la misa de cuerpo presente de la regidora y exalcaldesa de Cuauhtémoc, Gabriela Mejía Martínez, celebrada este jueves en la Parroquia de San Rafael, donde familiares, amigos, y decenas de habitantes acudieron para despedirla con flores, oraciones y lágrimas.
Desde el altar, el obispo dirigió un mensaje de consuelo a los seres queridos de la exfuncionaria, asesinada el pasado martes 14 de octubre.
“Expresar a nombre de la Diócesis de Colima nuestra cercanía y nuestra solidaridad cristiana con la familia de Gaby, su mamá, hermanas, hermano… estos son acontecimientos que tocan las fibras más sensibles de la comunidad, del pueblo”.
El prelado lamentó la tragedia que ha conmovido no sólo a Cuauhtémoc sino a toda la sociedad colimense, al tiempo que reflexionó sobre el sentimiento de vulnerabilidad que deja un hecho de violencia como éste.
“Mis condolencias para ustedes y para todo el pueblo de Cuauhtémoc, porque nos hace sentir la vulnerabilidad en la que estamos y nos hace sentir que nos necesitamos, y que juntos podemos levantarnos, ayudarnos, consolarnos, construir”.
Durante su homilía, Díaz Vázquez reconoció la huella que Gaby Mejía dejó en su comunidad, recordando su espíritu alegre, su cercanía con la gente y su vocación de servicio.
“Este pueblo tendrá el recuerdo de su presencia y de su cercanía. Cuando yo llegué a Colima hace un poco más de dos años, ahí en la entrada, el padre Javier y ella estaban ahí. Me mostró toda la calidez de los colimenses, me mostró un pueblo alegre, su vida abierta, inquieta, con proyectos que cuando uno se da cuenta que se rompieron, que quedan truncados, uno se pregunta si valdrá la pena servir”.
El obispo respondió a esa misma pregunta con un mensaje de esperanza y fe.
“La respuesta ya nos la dio el padre Javier en el Evangelio, nos la da Jesucristo: vale la pena. Vamos a animarnos unos a otros. Nos duele, nos tocó”.
En un tono profundamente humano, reconoció el impacto que la pérdida de Mejía causa en su entorno y en la sociedad.
“Duele por lo que ella hizo en el pueblo, por lo que hacía por la sociedad. Duele porque es un ser humano, duele porque deja a su familia. Duele y duele mucho».
«Sin embargo, de nuestra parte no podemos hacer más. Simplemente nos solidarizamos, nos acercamos a la familia y oramos a Dios por ella, por este pueblo, por nuestro Colima y por nuestro México tan dañado por tantas situaciones de dolor, de violencia y de muerte.”
Al concluir la ceremonia, elevó una oración final por el descanso eterno de la exalcaldesa.
“Que el Señor reciba en su reino eterno a nuestra hermana Gaby. Dales, Señor, el eterno descanso, y brille para ella la luz perpetua. Descanse en paz. Así sea”.
Contexto del hecho
Gabriela Mejía Martínez, de 34 años, fue regidora y exalcaldesa de Cuauhtémoc, electa para el periodo 2021-2024. El pasado martes 14 de octubre fue asesinada a balazos al interior de una camioneta en la que también viajaba su hermano, quien resultó gravemente herido.
El ataque ocurrió a unas cuadras de la Presidencia Municipal, generando una fuerte movilización policiaca y conmoción social en todo el estado. Hasta el momento, las autoridades mantienen abierta la investigación para esclarecer los hechos.
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