EL DESPRECIO DEL SABER
Por: Carlos M. Hernández Suárez
Adolf Hitler, Mao Zedong, Joseph Stalin, Pol Pot, Nicolae Ceaușescu, Donald Trump, y Vladímir Putin son solo algunos ejemplos de líderes que han sido críticos con los intelectuales. En América Latina, tenemos los casos de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Fidel Castro, Jorge Rafael Videla, Augusto Pinochet, Daniel Ortega, Jair Bolsonaro y Juan María Bordaberry. A estos líderes no les faltaron palabras para descalificar a los “científicos tontos”.
Pero al final, su desprecio no era por el conocimiento en sí, sino por las ideas de aquellos que, siendo intelectuales, se oponían de alguna manera a sus regímenes. Este desprecio fue lo que motivó la salida de sus países de figuras como Albert Einstein, Marie Curie, Enrico Fermi, Sigmund Freud, Niels Bohr, Edward Teller, Leó Szilárd, Aleksandr Solzhenitsyn, Andrei Sakharov, Boris Pasternak, Hilda Gadea y Mario Bunge, entre otros.
En México, estamos presenciando una situación preocupante: el presidente López Obrador ha hecho declaraciones que, a mi entender, muestran un claro desprecio por el conocimiento y el saber, algo que no suele verse de forma tan abierta en otros líderes contemporáneos.
Nadie niega los avances logrados durante su gobierno, pero dejaré los aplausos para otros, que tienen sus razones. Prefiero centrarme en analizar esta situación tan extraña y absurda, que él ha expresado públicamente. Frases como “No es tan complicado el derecho” o “90% lealtad y 10% conocimiento” son muestra de este desprecio. Hasta donde yo sé, el presidente no asistió a ninguna de las ceremonias de entrega de los Premios Nacionales de Ciencias durante su gestión. Sus comentarios sobre la prevención del COVID-19, basados en talismanes o imágenes religiosas, fueron, por decir lo menos, peligrosas.
Voy a aclarar algo: los abogados y los médicos tienen buenos sueldos porque un error causado por su ignorancia puede costar mucho dinero o la vida de alguien de manera directa e inmediata. La medicina y el derecho no son simples, son complejos. Si la ley fuera simple, no le estarían regresando a los diputados locales de Colima, una y otra vez, las leyes que proponen porque contravienen otras leyes federales.
Poco pueden hacer los educadores en México cuando el líder de este país menosprecia su trabajo.
Vi la foto de un diputado local abrazando y besando un muñeco de peluche con la figura del presidente. ¿Cómo y cuándo llegamos tan bajo?
A Claudia Sheinbaum le toca revivir la confianza en el estudio, en el saber. Lo único que puede salvar a México.
Ok