El acusado de poner bombas en el Maratón de Boston, Dzhokhar Tsarnaev, se declaró inocente un crimen que podría acarrearle la pena de muerte.
El checheno de 19 años habló claramente en el tribunal, declarando siete veces que no era culpable de la muerte de tres personas al hacer estallar bombas de elaboración casera, fabricadas con su hermano mayor Tamerlan, el 15 de abril y de luego matar a tiros a un oficial de la policía universitaria.
Ese tiroteo y otro posterior con la policía en el suburbio de Watertown, Massachusetts, acabaron con la muerte de Tamerlan Tsarnaev, de 26 años. Y llevaron a cerrar durante un día la mayor parte de Boston mientras la policía buscaba a Dzhokhar, que fue hallado con graves heridas escondido en un bote en un patio trasero.
El ataque del maratón dejó 264 personas heridas. Muchas de ellas perdieron las piernas.
La aparición pública de Tsarnaev fue la primera desde su arresto el 19 de abril. Se presentó ante el tribunal el miércoles vestido con el traje naranja de prisión, el pelo largo despeinado y el brazo izquierdo escayolado.
El acusado observó la sala, a los fiscales mientras conversaban y a unos 30 supervivientes del ataque y familiares de las víctimas.
«No parecía muy conmovido por esto. No parecía ni un poquito afectado, pero no sé leer la mente», dijo John DiFava, jefe del departamento de policía del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que asistió al proceso.
La cuarta víctima a la que le acusa a los Tsarnaev de matar era miembro del departamento de policía del MIT.
PENA DE MUERTE
El mayor desafío para la letrada de Tsarnaev, la abogada de oficio Miriam Conrad, será evitar que se lo sentencie con la pena capital, según observadores.
Unos pocos simpatizantes de Tsarnaev se encontraban fuera de los tribunales y unos pocos asistieron al proceso.
«Fue un poco triste, pero Dzhokhar y yo tenemos fe en Alá», dijo una de ellos, Mary Churbuck, que llevaba una camiseta que decía «Liberen al león» con la foto de Tsarnaev.
«No hay evidencia de que lo hizo. No tienen evidencia de que él haya dejado su mochila», agregó.
Los fiscales dijeron que el Gobierno planeaba llamar a entre 80 y 100 testigos y que el juicio probablemente duraría de tres a cuatro meses.
