Detectan en ejido La Central Palmas Cayaco resistente a incendios forestales

Manzanillo.- El año pasado un incendio afectó notoriamente 129 hectáreas forestales en las inmediaciones del Cerro de La Vaca -a la altura del ejido La Central- suceso que dejó graves afectaciones, aunque permitió a especialistas observar la resistencia al fuego de la palma de cayaco (Orbignya guacuyule) o palma coquito de aceite, afirmó David Rodríguez Brizuela, gerente de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en Colima.

Sobre esto recordó que el citado incendio en mención consumió con mayor severidad 2 hectáreas de vegetación arbórea, aunque entre éstas se detectaron 200 ejemplares de la Palma de Cayaco, cuya mayor parte fue alcanzada por el siniestro, sin embargo actualmente pueden observarse ahí mismo pequeños ejemplares brotando del suelo fértil, gracias a un proceso natural de regeneración.

Luego el funcionario federal narró que si bien los incendios forestales contribuyen a la regeneración natural de algunas especies, ya que consumen el tapete de materia orgánica y las semillas de los árboles pueden completar su ciclo de desarrollo, no todas las especies se adaptan al fuego.

La capacidad de la palma coquito de aceite para resistir al incendio y abrirse paso entre las cenizas, es un ejemplo de la adaptación que algunos ejemplares presentan.

«Cuando los incendios forestales afectan ecosistemas forestales selváticos, se presentan casos de especies como el barcino y guásima que no logran sobrevivir y que para repoblar la superficie afectada se necesitan obras de restauración y trabajos de reforestación que tardan varios meses e incluso años con ayuda de las personas».

Además de sobrevivir al incendio, esta especie fue capaz de continuar con su reproducción en un proceso natural que asombra.

Personal del área de restauración forestal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), que verificó y documentó el proceso de regeneración, estima que esos nuevos ejemplares de palma pueden completar su desarrollo si son capaces de absorber los nutrientes del suelo y no se presentan nuevos incendios que afecten la zona.

La Conafor dio a conocer que esta palma es la más alta de las palmas nativas de Colima, cuyos bosques llegaron a cubrir una gran parte de la costa del Pacífico Mexicano; sin embargo, su población se fue extinguiendo debido a la explotación de sus pequeños cocos o nueces, de los que nuestros antepasados extraían aceite que funcionaba como combustible.

Los coquitales o bosques de cayaco -cuyos árboles llegan a medir hasta 8 metros de altura con el tronco grueso y recto- tenían presencia en los esteros de Colima, así como en la gran laguna de Cuyutlán y fueron hogar de venados, jabalíes, tejones, mapaches y jaguar.

La especie está sujeta a protección especial por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 y su cuidado se enmarca dentro de la Ley General de Vida Silvestre.

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