DESDÉN

¿QUÉ VIENE?
Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ

La indiferencia probablemente sea una de las actitudes que marcan el inicio o continuación de las tragedias.

Seguramente ha pasado que miramos en la televisión o ahora mucho más probablemente en redes, actos deplorables, tales como accidentes involuntarios, tragedias inesperadas, eventos contra personas o naturaleza, que son viles. Y la impotencia de no poder intervenir en ese momento, inclusive la distancia en espacio o tiempo que nos separan de la acción, nos dejan en una zona de tristeza y resignación. Deprimidos por el hecho y sin saber bien qué hacer.

Hay que enfrentar la realidad que el transcurso cotidiano de la vida y los recursos y alcances con los que contamos, tampoco ayudan mucho a tomar parte de la acción y sin embargo, precisamente una ventaja tecnológica con la que hoy día contamos, las redes, nos permite manifestar nuestro desagrado, firmar iniciativas distintas, replicar y replicar el rechazo a lo vil.

Al menos tomamos parte poniendo el reflector en ello.

Tristemente, al presidente Andrés Manuel, nada de lo hosco de la realidad lo mueven un solo centímetro a asumirse empático con una serie de tragedias que se viven.

¿Los fallecidos a causa del Covid? Pues no habiendo padecido la enfermedad hizo que viera los riesgos de no usar un cubrebocas, de moderar la movilidad, de una fallida estrategia en el manejo de la enfermedad. Para él, la curva cada día es más plana, la plaga está sometida y el usar el tapabocas sigue siendo inútil.

¿Las largas filas llenas de esperanza por conseguir ser vacunados en plena tercera edad? Pues si a pesar de haber promovido un sistema electrónico para llevar un control y que cualquier estudiante de sistemas con esa base de datos podría haber generado citas y evitar la aglomeración y la humillación. Pero anuncia que su plan de vacunación es un éxito, modelo mundial de ejemplo.

¿Una quinta parte de la población repentinamente sin energía eléctrica? El villano favorito entra en acción, todo lo provoca el neoliberalismo. Casi echa en cara que la culpa es no haber votado antes por él y ahí están las consecuencias.

¿Se fugan capitales extranjeros? ¿Cae la inversión productiva? Claro, ya México no es tierra de corrupción, ignorando los miles de empleos que se generan con esta actividad, diciendo esto sin una sola denuncia penal, sin una sola evidencia presentada y a la sombra que los resultados de las auditorías de la ASF a los programas sociales que muestran que la barrida de arriba hacia abajo o va muy lenta o ni siquiera se ha comenzado.

¿Qué él y su partido promueve sin cansancio a un presunto delincuente sexual?, pues “ya chole”, no es posible que todos esos grupos feministas, mucha de la opinión pública, incluso gente del mismo morena, no quieran ver en Félix Salgado al prócer que el estado de Guerrero necesita.

Lo evidente, lo cotidiano, lo doloroso, es el DESDÉN presidencial.