Del triunfo de Petro en las elecciones colombianas

Bocanada
Por: Carlos Ramiro Vargas

Este domingo 19 de junio, hubo elecciones presidenciales en Colombia, o una segunda vuelta en la cual resultó vencedor, el economista formado en Bélgica, ex alcalde de Bogotá, y ex guerrillero del M19, Gustavo Petro Urrego.

Petro, candidato del Pacto Histórico en tanto un conglomerado de partidos, empezando por Colombia Humana, agrupaciones populares y sindicales, estudiantiles, étnicas y de afro/descendientes, – como lo es su vice/presidenta, Francia Márquez; todos de tendencia progresista y luchadores por la justicia social, en medio de una violencia perpetua que no cesa desde hace 500 años, y que ha implicado sólo en los últimos cuatro años de des/gobierno del CD, y del presidente Iván Duque, el asesinato de decenas de líderes sociales, indígenas, afros, de modo sistemático y operado por los restos de los grupos narco/paramilitares y algunos neo/guerrilleros, incluyendo a determinadas disidencias de las FARC, salvo excepciones, y por supuesto al clan del Golfo.

Una lucha que viene no de ahora, sino como parte de una larga historia que entrecruza el siglo XX, desde el surgimiento de las huelgas bananeras en los años 20 del siglo XX, salvajemente reprimidas por la United Fruit Company, pasando por el surgimiento de la guerrilla socialista de las FARC, 1962, o del Movimiento 19 de Abril, M19, posteriormente, hasta llegar al  multitudinario movimiento urbano/juvenil, del verano del 2021, donde millones de colombianos salieron a las calles en contra de una reforma hacendaria retrógrada, enemiga del pueblo, y en pro de la paz, trabajo, educación, justicia y cese a la cobarde represión de Estado, que se ensañó con crueldad inaudita, contra lo más hermoso de toda Colombia, que es su juventud.

Por ende, esta es una victoria histórica de la izquierda social, colombiana, tras cinco siglos de dominio de hierro de la oligarquía criolla, quien ha sido capaz de asesinar a excepcionales candidatos presidenciales, como Luís Carlos Galán Sarmiento, del partido Liberal, en 1989, del legendario Carlos Pizarro León Gómez, del M19, en 1990, y de otros doce más en el siglo anterior, así se incendiara el país, en un país donde no hubo nunca un pleno estado de Derecho y una reforma agraria que les dotara de tierras a los campesinos, -una de las principales banderas de las originarias  FARC-, en un país en el que durante el último cuarto del siglo XX se vivió un despojo de tierras equivalente a siete millones de hectáreas de las más fértiles del planeta, que pasaron a manos de los narco/paramilitares de ultra/derecha, -al estilo Boer del Apartheid sud/africano-, vinculados a los más duros sectores de la Oligarquía, autodenominada Goda.

Toda una contra revolución agraria que ha impedido la modernización del campo, y su optimización bajo criterios más semi/feudales, que propios de una economía de mercado.

Es así, que en contra incluso de los designios de los Estados Unidos, cuyo presidente, el supuesto demócrata, Joe Biden, no ha felicitado a Petro por su victoria, como ya lo hizo en primer lugar el presidente AMLO, asi como los mandatarios más importantes de América; los once millones, 750 mil votos obtenidos por el Pacto Histórico, por Petro, son una Bocanada de Aire Fresco proveniente de los Andes colombianos, que refrescarán a toda la atmósfera política del continente, fortaleciendo a la democracia liberal, deliberativa y antitotalitaria, -lo que le falta a Morena-, como se fortaleció hoy, en Colombia con el 57 por ciento de la gente saliendo a votar, en medio de una millonaria compra de votos a favor del ingeniero, Rodolfo Hernández, dado que en el programa de gobierno del Pacto Histórico se plantea con fuerza, el impulso a las energías renovables no dependientes de los combustibles fósiles, o de hacer de Colombia una potencia de la vida, considerando que es la segunda nación más bio/diversa, del planeta.

Sin embargo, los diez millones y medio de votos obtenidos por Rodolfo Hernández, en esta segunda vuelta, como candidato de la derechista Liga de los Gobernantes Anticorrupción, con casi un millón de votos más para el Pacto Histórico, exigirá de Petro una profunda política interior de Reconciliación Nacional, teniendo a la bandera de la Paz y la lucha frontal contra la corrupción, como elementos centrales que pueden unificara un país, que quedó partido por la mitad.

Y si bien, los sectores uribistas ligados al partido, aún gobernante, Centro Democrático, lograron cinco millones de votos con su candidato Fico Gutiérrez, no todos apoyaron en la segunda vuelta a Rodolfo Hernández.

Es decir, dos millones de votos de la derecha más antipetrista, no se fueron con la Liga de los Gobernantes Anticorrupción, ofendidos por las duras críticas del ingeniero Hernández a la proclividad de los uribistas a los negocios sucios. A costa del Estado.

Al final de cuentas, Rodolfo Hernández reconoció su derrota como reconoció a lo largo de la campaña, los aspectos más valiosos de la trayectoria de Gustavo Petro.

En términos geo/políticos, la victoria del Pacto Histórico equivale a una derrota a la política imperial de los Estados Unidos, hacia Colombia, quien siempre se ha ligado a los sectores más atrasados y reaccionarios de Colombia, y cuyas siete bases militares enquistadas en suelo colombiano jamás movieron un pelo contra la cobarde y Genocida represión, gubernamental, -al estilo Boer de combate como en el extinto Apartheid, en Sud/África-, contra los sectores populares en las grandes movilizaciones de verano, del 2021.

La intensa experiencia histórica  contenida en la historia del Pacto Histórico, deberá ser ejemplar para un país como México, sobre todo en lo que concierne a una política de Paz en serio, lo cual exige el desarrollo de toda una pedagogía para la Paz como sí se ha hecho, en la patria de Santander, así como el establecimiento y dispositivos jurídicos adecuados a una política asociada, que sepa diferenciar, entre líderes de cárteles que han cometido crímenes de lesa humanidad, y aquellos que no, para poder precisamente, establecer una política efectiva de desarme de los grupos criminales, de reconciliación, pero también de castigo severo para aquellos irreductibles de la violencia criminal.

Ha sido muy pertinente y correcto, el apoyo del presidente AMLO a Petro, quien con su apoyo político y moral al líder del Pacto Histórico, rompió el aislamiento internacional y mediático, impuesto hipócritamente por los medios de difusión al servicio del imperio anglo/sajón, y medios de difusión privados, estadounidenses, como CNN, Face Book, y otros, contra Colombia; porque además del problema de la Paz, de la geo/política impuesta por los Estados Unidos a Colombia a través del Centro Democrático aún gobernante, que ha redundado en un incremento histórico en la producción de cocaína, y de la violencia, así del rol de Colombia como el Israel de sud/América; tenemos el profundo asunto de la fusión underground de las economías de Colombia y México, que sólo por el manejo de la cocaína es equivalente al total de los intercambios comerciales, anuales, entre Estados Unidos y México, vía el TLC…

Carlos Ramiro Vargas. Todos los Derechos Reservados.

Stockholm. Sweden.  22 de junio. 2022.