De libros y autores (Tercera  y última parte)

Dislates
Por: Salvador SILVA PADILLA

I
En la carrera estudiábamos El Tratado de Semiótica General de Umberto Eco con la misma devoción que, supongo, los Rabinos estudian el Talmud, intentando -infructuosamente nosotros- “articular las primeras letras del Nombre (de Dios). (Cfr. La muerte y la brújula, de Borges).

De ese inmenso tratado, en este momento aún recuerdo solamente dos o tres aspectos: la primera es que un signo “es una cosa que está en lugar de otra” -que creo a su vez fue tomado de una definición de Saussure- y que Eco la va haciendo cada vez más compleja, trasladándola hasta la estratósfera:  (lo digo de memoria por lo que seguramente la cita no será textual): “Un signo es una cosa  que puede usarse para mentir. Porque lo que no puede ser usado  para mentir, tampoco puede usarse para decir la verdad: en realidad, no puede ser usado para decir nada”.  Esta definición no solamente nos permitía introducirnos en el fascinante mundo de la semiótica sino, además, si lográbamos repetirla sin equivocarnos, igual podíamos conjugar perfectamente el trabalenguas del “Obispo de Constantinopla.”

II
Otra parte que recuerdo del Tratado de Semiótica General es un chiste (Spoilert Alert). Como no me lo sé de memoria, y como quienes me conocen lo saben:  soy pésimo contando chistes, así que el lector leerá este párrafo por su cuenta y riesgo: “En pleno invierno, en la Plaza Roja de Moscú, un perro que no ha podido comer nada en una semana se encuentra con otro,  que está en plena forma: robusto y rozagante.  Intrigado, el perro hambriento le pregunta al otro dónde ha podido obtener la comida.

El perro bien alimentado le responde: «Es muy sencillo.  Me acerco al Instituto Pavlov, toco  la puerta y comienzo a salivar. Acto seguido, sale un científico condicionado, tocando una campanita y me ofrece comida”. El chiste, obvio, era una crítica al conductismo para enfatizar que la comunicación es esencialmente un acto simbólico de interpretación.

III
La tercera idea del Tratado de Semiótica General que todavía conservo en la memoria, es que la mejor manera de evitar el ruido o interferencia en la comunicación es mediante la retroalimentación, lo que quiere decir que para lograr que un mensaje llegue a su destino y sea entendido, el emisor debe asegurarse de formular  el mensaje de diversas formas  y, mejor aún, a través de diversos medios.

Esta reflexión, a su vez, me conduce a otro libro -del que ya hice referencia en una columna anterior- Las Leyes de Murphy: La ley original señala: “Si algo puede fallar, fallará”. 

Leído por ahí

Giovanni Papini (un escritor italiano injustamente olvidado) entre muy diversas obras, escribió el libro Gog de quien entresaco esta página:

Aunque he visto textos semejantes en memes (FB, Instagrams, TIk Toks y demás), es de destacar que a quien primero se le ocurrió la idea fue precisamente a Papini. La  primera edición del libro data de hace casi 100 años: 1931.