China ignora las protestas internacionales por la sentencia de muerte a un canadiense

China dijo el miércoles que “no le preocupa lo más mínimo” la creciente inquietud internacional por la condena a muerte a un canadiense por tráfico de drogas.

La sentencia impuesta el lunes a Robert Schellenberg por el contrabando de 222 kilogramos de metanfetaminas llevó al primer ministro canadiense Justin Trudeau a acusar a China de aplicar la pena de muerte “arbitrariamente”.

Trudeau llamó a varios líderes mundiales en los últimos días para compartir inquietudes sobre el caso de Schellenberg y los dos canadienses que Pekín detuvo el mes pasado después de que una ejecutiva china fuera arrestada en Vancouver a instancias de Estados Unidos.

En su habitual conferencia de prensa diaria, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, dijo que los “supuestos aliados de Canadá podrían contarse con los dedos de las manos” y no representan el punto de vista de la comunidad internacional.

“Puedo afirmar con total claridad que no estamos preocupados en lo más mínimo”, dijo Hua sobre las protestas, agregando que la mayoría de los chinos está a favor de castigos severos por los delitos relacionados con las drogas.

La sentencia de Schellenberg ha tensado aún más las relaciones entre China y Canadá, ya agravada por la detención en diciembre de Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei Technologies Co Ltd, tras recibir una solicitud de extradición de EEUU.

Cuando se le preguntó sobre los comentarios de Hua, la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, señaló que la Unión Europea había ofrecido su respaldo a Ottawa.

“Estamos muy complacidos de contar con este apoyo de la UE, que, como Canadá, cree en el Estado de derecho”, dijo a los periodistas mientras el gabinete de Trudeau se disponía a reunirse en Sherbrooke, Quebec.

Freeland y el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, expresaron el martes su “preocupación por las detenciones arbitrarias y las sentencias de ciudadanos canadienses por motivos políticos”, dijo el Departamento de Estado.

Días después del arresto de Meng, China detuvo a dos canadienses bajo sospecha de poner en peligro la seguridad del Estado. Uno de los hombres, Michael Kovrig, es un diplomático en excedencia de la embajada de Canadá en Pekín.

John McCallum, embajador de Canadá en China, dijo a periodistas que el enfrentamiento no se resolvería rápidamente y prometió contar con la ayuda de aliados extranjeros, especialmente de Estados Unidos, y del ámbito empresarial.