Calor, abrazos, etcétera

Columna sedentaria
Por: Avelino Gómez

El jueves 7 de julio, en Manzanillo, el termómetro marcó 34 grados. La humedad en el ambiente estaba al 80% y la sensación térmica fue de 38 grados. Es decir, estábamos en una olla de vapor.

No soplaba el viento. Ni una brisa que meciera la vegetación. El lánguido follaje de los árboles parecía estar petrificado. A las seis de la tarde, tras la jornada laboral, el calor persistía. Y a esa hora, por la calle, pasó un hombre con dos botellas de cerveza en la mano.

En días de calor, un hombre con cerveza en mano es una declaración, un símbolo. Tiene que ser un símbolo. ¿De qué? Puede ser del agobio y del contento. Del cansancio o el descanso. Beber cerveza en un día caluroso es necesario. No hablo del alcoholismo, hablo de la sed.

El mismo calor del jueves se trasladó al viernes y al sábado. Todos hablaban de la molesta sensación, del mal humor, de la necesidad de ir a la playa. Llegó el domingo y pasó lo inevitable: en las tiendas de conveniencia del rumbo se reportó un desabasto de cerveza. Los refrigeradores estaban casi vacíos. Y esta situación no merece contarse en una crónica. Pero me llevó a pensar en Joseph Roth (1894-1939), un periodista y escritor  que amó la literatura tanto como a la cerveza y el alcohol.

Y es que, en uno de sus libros, Roth escribió una frase sobre el alcohol que cualquiera puede pronunciar en una cantina o en una iglesia. Incluso podría pronunciarla —aunque fuera de contexto—,  el presidente Andrés Manuel durante sus sermones mañaneros. Es esta: “Una vez que hemos bebido, todos los hombres buenos y honestos son nuestros hermanos”.

Hace tiempo, por alguna razón que no recuerdo, escribí tal frase en una nota adhesiva y la pegué en la primera hoja de una libreta de apuntes. Al reverso de la nota garabateé: “abrazos, no balazos”. Quizá pensé redactar, en su momento, un artículo en defensa de la proclama “abrazos, no balazos” y sus resonancias festivas, etílicas y fraternas. Porque “abrazos, no balazos” es una línea discursiva que sólo pudo nacer a mitad de una borrachera. Pero no… Estoy seguro que no era para eso… Caray, no soy digno de la 4T. Pero la culpa es de la derecha, los conservadores, el calor, etcétera.