ASIATICO-MEXICANOS

ASIATICO-MEXICANOS
Por: Noé GUERRA PIMENTEL

Si es de Colima o ha visitado esta tierra de volcanes y palmeras ¿Se la imagina sin cocos y sin palmas? Bueno, pues por si no sabía, la palma de coco no es de Colima, hay un antecedente histórico que no debemos olvidar, y este fue el primer viaje de ida y regreso, llamado tornaviaje, realizado entre el continente americano y el asiático; hecho que se generó en el occidente de Nueva España, actual república mexicana, en el original territorio de la Provincia de Colima (1524-1574), bajo la dirección de Miguel López de Legazpi, como capitán general y del Fraile agustino Andrés de Urdaneta, como almirante capitán de navíos.

Ellos, Legazpi y Urdaneta, a bordo de los galeones San Pedro y San Pablo y de los pataches (embarcaciones ligeras) San Juan y San Lucas, salieron del Puerto de la Navidad, actual barra de Navidad, situada en el ahora límite con Jalisco, la madrugada del 21 de noviembre de 1564. Esa primera expedición fue de 600 personas entre tlaxcaltecas, la mayoría; españoles ibéricos, mestizos, algunos africanos e indígenas; dicha excursión realizó la conquista del archipiélago de Las Molucas, que López de Legazpi renombró como Filipinas, en honor al rey Felipe II y fundó Manila como centro administrativo y de Gobierno.

El 1º de junio de 1565, siete meses después de su salida de las costas de la Provincia de Colima, el exmilitar y geógrafo navegante, Andrés de Urdaneta, inició el regreso. Viaje penoso y trágico, en el trayecto murieron 14 personas, los sobrevivientes arribaron tan enfermos que no pudieron echar anclas aquel 3 de octubre de 1565, cuatro meses después de iniciado el regreso desde Manila, cuando agónicos fondearon frente Acapulco. De esta manera se verificó el primer viaje de ida y vuelta sobre la Mar del Sur, actual océano Pacífico y con ello inició la globalización que unió cuatro continentes: Europa, América, África y Asia.

Volviendo a las palmeras (Coco nucifera), palma o cocotero de la familia de las Arecaceae; hay que apuntar que es al navegante Álvaro (Rodríguez) de Mendaña y (Castro) Nei-y-ra, al que se reconoce como primer portador de esta planta, quien, dependiendo de la fuente, nació en Zaragoza o en Bierzo Alto, provincia de León el 1 de octubre de 1542. De él, hay la evidencia de que en 1567 salió de El Callao, Perú por la Mar del Sur, para encontrar las Islas Salomón, Guadalcanal, Malaita y San Cristóbal. A su regreso, el 19 de diciembre de 1568, ancló en Santiago de la Provincia de Colima, donde dejó cocos en planta, durante la travesía les había crecido la palma. Alvaro de Mendaña falleció el 18 de octubre de 1595 en Santa Cruz, Islas Salomón a los 53 años de edad.

Planta, la palma de coco, que no solo vino a modificar, embellecer y aportarle identidad al paisaje colimense y regional, sino que consigo vino toda una industria constructiva y alimenticia, gracias a sus derivados orgánicos, como su tallo, palapa y el agua de coco, la tuba (en Tagalo), el aceite, el vinagre y el licor o vino de coco, destilado que legalmente compitió con los vinos europeos de la época.

La herencia Malayo-Bengalí-Chino-Filipina es tan grande como innegable, en nuestro lenguaje hay palabras tan comunes como: copra, bambú, soja, atarraya, tuba, bolo, yo-yo, silla, paliacate, coche, etc., en gastronomía, el cebiche, el queso, la crema, la morisqueta, los tamales en hoja de plátano, etc., con diversiones como el zapateado, las peleas de gallos, el papalote, el changais, y, además de la palma de coco, el tamarindo, el mango, el carambolo, la yaca, el plátano, la caña de azúcar y la Jacaranda, vinieron de allá.

Sin embargo, se continúa negando la presencia de asiáticos asimilados entre nosotros y su enorme legado cimentado a lo largo de más de 450 años de un intercambio que, iniciado desde nuestras costas y secundado por la Nao de China o Galeón de Manila y los llamados Indios-Chinos, claves en un intercambio no solo comercial, sino racial, cultural y social del que somos herederos, como ha sido fundamentado por quienes que lo han investigado; no obstante, increíblemente no se reconoce esta presencia e influencia de lo que definitivamente es la cuarta raza de nuestro genotipo, la asiática.