La tasa de desempleo abierto en México alcanzó el 5,3% de la Población Económicamente Activa (PEA) en el primer trimestre de 2010, una cifra superior al 5,1% registrado en el mismo período de 2009, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Entre enero y marzo, la población desocupada en México -es decir, aquella que no trabajó ni una hora semanal- fue de 2,5 millones de personas, 200.000 personas más que en el primer trimestre del pasado año.
El Inegi, el único organismo que proporciona cifras sobre empleo y desempleo en México, considera empleadas a las personas mayores de 14 años que trabajan al menos seis horas a la semana y en cualquier puesto.
En los centros urbanos con más de 100.000 habitantes, la tasa de desempleo abierto en el periodo de referencia se elevó a un promedio del 6,3%, mientras que en las poblaciones rurales con menos de 2.500 habitantes se mantuvo en un 3%.
En cuanto a la población subocupada (aquella que necesita trabajar más tiempo y busca ocupaciones complementarias o con mayor horario), se acrecentó en 652.000 personas con relación al período enero-marzo de 2009, hasta alcanzar un total de 4,1 millones de ciudadanos.
Esta tasa representa el 9,4% de las personas ocupadas.
Además, 12,5 millones de ciudadanos, el 28,6% de la población ocupada, se sitúan en el sector informal de la economía, lo que supone un aumento de 365.000 respecto al mismo dato de 2009. Estas personas tienen ingresos irregulares y no cuentan con prestaciones sociales.
El Inegi cifró la PEA durante el primer trimestre de 2010 en 46,1 millones, un 58,1% de la población mayor de 14 años, que supera a los 45,2 millones en la misma situación durante este período de 2009.
Dicho incremento, de 888.000 personas, deriva tanto del «crecimiento demográfico como de las expectativas que la población tiene de participar en la actividad económica», dijo el instituto.
De los 43,6 millones de personas que constituyen la población ocupada (integrados por 27,2 millones de hombres y 16,4 de mujeres), un 12,8% estuvo empleada en el sector agropecuario, un 24,3% en el industrial y un 62,2% en el de servicios.
Por posición en la ocupación, casi dos terceras partes de la población ocupada, un 66,4%, fueron trabajadores subordinados, mientras que un 22,7% trabajó por cuenta propia. Un 6,3% no recibió remuneración fija y el 4,6% ejerció de patrón.