JALISCO.- En México, el Día de Muertos no es solo una fecha: es un abrazo a quienes ya partieron, es música, aromas y colores que nos recuerdan de dónde venimos y a quiénes llevamos en el corazón.

Y hay un lugar donde esta tradición cobra vida de manera única: Calaverandia, el parque temático más espectacular dedicado al Día de Muertos. Este 2025 regresa con una octava edición renovada, conmovedora y deslumbrante. La experiencia se despliega en más de cinco hectáreas con espectáculos multimedia, música en vivo, gastronomía mexicana, tecnología interactiva y nuevos espacios para fotografía.

Desde su primera edición en 2017, Calaverandia ha cautivado a visitantes de todo el mundo al fusionar arte, tradición y tecnología. Más de 400 mil personas han recorrido sus instalaciones, envueltos en el aroma del copal, las flores de cempasúchil y la magia de esta celebración mexicana.

“Ésta es una experiencia que va más allá de una foto: Calaverandia construye recuerdos que trascienden generaciones; es un pedacito de México, de su cultura, de sus tradiciones y de las raíces de nuestro país”, explicó Tania Cortés, directora del parque temático.

Un fenómeno cultural que traspasa fronteras

En 2024, Calaverandia logró un récord con 15 fechas consecutivas de boletos agotados. Su impacto ya trasciende fronteras: turistas de más de 15 países han asistido, principalmente de Estados Unidos, Costa Rica y Francia. Este fenómeno cultural consolida a Calaverandia como el único parque temático del Día de Muertos en el mundo, una experiencia que proyecta con orgullo la esencia de la identidad mexicana.

Más que un parque temático: una celebración viva

Calaverandia no es solo entretenimiento, sino un espacio que enaltece la cultura, genera sentido de pertenencia y transforma escenarios en memoria colectiva. Cada edición despierta nostalgia, asombro y conexión profunda con nuestros antepasados, recordando que la vida y la muerte están unidas por la celebración.

Espectáculos y atracciones principales

ALMA, Espectáculo Multimedia 4D: historia proyectada en una pantalla de agua de más de 30 metros, con performers, iluminación robótica, pirotecnia y tecnología innovadora.

El Gran Altar: montaje de más de 15 metros de altura donde música y voces en vivo rinden homenaje a quienes nos antecedieron.

Omitlán: un pueblo mágico con casas hechas de huesos, resbaladillas y una fuente de pelotas que despiertan la imaginación infantil.

El Inframundo: recorrido prehispánico lleno de misticismo y personajes enigmáticos.

El Cementerio: primer panteón interactivo del mundo, con mausoleos, velas, copal y narraciones que conectan a los visitantes con la memoria de sus seres queridos.