A manera de presentación de Peregrino de faz cavilosa

Dislates 
Por: Salvador SILVA PADILLA

(Este texto fue algo así como una presentación del poemario Peregrino de faz cavilosa de Jesús Adín Valencia)

I
Advertencia

Debo confesar que el participar en esta presentación me envuelve una extraña sensación: agri-alegre podríamos decir.

Me siento incómodo, porque sé  que estoy ocupando un lugar que definitivamente no es para mí. Y es que  después de leer el texto que la maestra,  la poeta, Ada Aurora Sánchez escribió a manera de prólogo para el poemario Peregrino de faz cavilosa, no queda sino guardar un devoto, reverente silencio.

Pero quienes conocemos a Adín Valencia sabemos que profesa un muy genuino  (y admitámoslo, algo retorcido) sentido de la amistad; seguramente movido por ese sentimiento y una indudable mezcla de generosa irresponsabilidad le llevó a invitarme a participar en este acto. Y como yo soy el campeón mundial de la insensatez,  contesté inmediata, entusiásticamente que sí.

II
Así que iniciamos:

Peregrino de faz cavilosa de Adín Valencia es el número 3 de la colección Cuatro pedradas, conmemorativa del primer centenario del sombrero colimote.

Quiero felicitar a los organizadores porque siempre será digno de celebrar una tradición artesanal, en este caso los primeros 100 años del sombrero colimote… y por si ello no bastara….  hacerlo mediante la publicación de una colección de poesía es algo que debemos saludar y reconocer. Así, se presentan:

–Yo era otra de Zeydel Bernal

–El aguijón en la lengua de Jetzabeth Bernal

–El niño y la caña de  Melquiades Durán,  y

–Peregrino de faz cavilosa de Adín Valencia.

Reitero: siempre es de reconocer que se publique un poemario… y si es una colección, definitivamente hay que soltar cohetes y brindar con mezcal.

El Peregrino de faz cavilosa es un poemario en el más puro estilo Jesús Adín Valencia: juega con las formas…, con el lenguaje…,  con los tipos de letra…, es una muestra palpable y visible de que un poemario debe leerse en voz alta y admirarse  impreso. Pero también hay que olerlo, tocarlo, acariciarlo y volver a leerlo.

La obra poética de Adin suele ser un caleidoscopio de imágenes y conceptos. Las figuras literarias, así como los personajes, e incluso los narradores, suele  sacarlos de la chistera de manera intempestiva; hace al lector releer el texto y reflexionar. Este poemario es  una alucinante fiesta visual, por el diseño y por el increíble  muestrario de tipografía. Sin embargo, el peregrino se convierte también en un impresionante concierto sonoro:  dígalo  si no este fragmento  en el cual el poeta narra cómo se tropezó con un poema

Un verso en tránsito, frágil, llegó de manera azarosa

al aire me atajó mientras caminaba. Lo tomé, vi sus

formas. Alguien lo dañó, seguro buscaron

desentrañarlo, escudriñar sus adentros, abrirlo, forzar

la apertura. Lo abracé, corrí a casa, les dije:

–Miren mis hijos, mira Judith, es un verso

será nuestro de ahora en adelante.

III

Marco Antonio Campos (uno de los más grandes escritores mexicanos vivos que tenemos) en una entrevista publicada el pasado domingo 30 de noviembre, en Confabulario, de El Universal, define lo que implica ser poeta: “El poeta es capaz de crear belleza y el lector es capaz de sentirla; la poesía sensibiliza y, por ende, humaniza. El poeta debe oír puntualmente el reloj del corazón”…, “donde se halla la verdadera poesía, vive el humanismo; y donde está el humanismo, el arte del hombre se enaltece y el mundo es más habitable y menos cruel”, “piedra a piedra alzaremos el palacio de la sabiduría, donde el hombre se salve y habite sin la necesidad de un paraíso religioso o los palacios y mansiones ostentosos de los grandes burgueses”.

Marco Antonio Campos  también define que “la poesía es la historia del alma”, Y decimos nosotros que un escritor realmente lo es, cuando el aspirante a poeta   comprende que solo puede ser llamado así cuando es capaz de cargar con  todos y cada uno de sus demonios.

IV

Adín en Peregrino de faz cavilosa logra vencer el demonio de la crítica, ese ser minúsculo y terrible que nos dice a cada paso que hay que dejar el poema y de una buena vez prescindir de la literatura y dedicarnos a “cosas de provecho» porque, al igual que hay demonios que se especializan en tentar al peregrino a abandonar el viaje, a cejar en el esfuerzo y así terminar con el calvario del calor, la sed y el cansancio..  así también el demonio de la crítica nos incita a dejar el texto a la vera del camino y tornarnos, no sé, en alguien de provecho…, como por ejemplo,  irnos de mercenarios a la isla de Java, para luego desertar y terminar convertidos en prósperos traficantes de armas y de esclavos…

Pero Adín, venciendo a sus demonios, nos muestra que todo texto se hilvana paso a paso, y  se teje a golpe de verso…

Que Itaca puede ser Talpa,  al igual que Tuxcacuezco es Comala..

Y, en fin, que todo poema es la crónica de un viaje. Un mapa donde se narra la travesía