Inaugura La reina Isabel II las sesiones del Parlamento británico

La reina Isabel II de Reino Unido se puso una túnica especial y viajó en un coche real rumbo al Parlamento, donde abrió la nueva sesión con el muy esperado «Discurso de la Reina» este martes.

 

La ocasión es considerada el evento constitucional más importante del año y establece el programa legislativo del gobierno británico.

La apertura del Parlamento por lo general se realiza en noviembre o diciembre. Pero en esta ocasión ocurrió en mayo a causa de las recientes elecciones en Reino Unido, que dieron pie al primer gobierno de coalición en 70 años y que le dio al evento un nuevo significado.

En el discurso de la Reina se presentó la agenda legislativa del nuevo gobierno conservador-demócrata liberal, que este año incluye muchas nuevas medidas y que rompen con las viejas políticas del Partido Laborista.

Aunque la Reina ofrece el discurso, en realidad éste es escrito por el gobierno y aprobado por el Consejo de Ministros, que simboliza el derecho de los legisladores a debatir sin la intervención del monarca. Como resultado, la reina «confirma» los proyectos de ley y las medidas clave, en lugar de anunciarlas.

La reina Isabel II anunció este martes los planes del gobierno para reducir el déficit, restaurar el crecimiento económico y crear una nueva Oficina para la Responsabilidad del Presupuesto que ofrecerá «la confianza en la gestión de las finanzas públicas».

También hay planes para modernizar el Royal Mail, dijo la reina, los cuales incluirán la privatización parcial del servicio postal. También habrá límites para la contratación de trabajadores procedentes de otros países fuera de la Unión Europea, anunció la monarca.

«Mi gobierno propondrá una reforma parlamentaria y política para restaurar la confianza en las instituciones democráticas y reequilibrar la relación entre el ciudadano y el Estado,» anuncio Isabel II.

Algunas de estas reformas incluyen un referéndum sobre un nuevo sistema de votación para los miembros de la Cámara de los Comunes, menos y con mayor «igualdad en las circunscripciones electorales” y el derecho de los electores para retirar a los legisladores electos que sean declarados culpables de infracciones graves.

También habrá propuestas para lograr que la Cámara de los Lores «sean elegidos en su totalidad o por mayoría», dijo la reina.

Los esfuerzos para proteger las libertades civiles incluyen la abolición de los planes para una tarjeta de identidad nacional, agregó la reina. El viceprimer ministro Nick Clegg prometió la semana pasada acabar con las tarjetas de identificación, además de los pasaportes biométricos de segunda generación y una mayor regulación sobre cámaras de vigilancia y la base de datos de ADN.

El Parlamento y la ciudadanía británica también tendrán voz y voto en la propuesta de transferir más poderes a la Unión Europea, señaló la reina.

Tradiciones centenarias en el Parlamento británico

Durante la apertura del Parlamento británico de este martes no faltaron algunos símbolos tradicionales que son privilegios de los miembros de esta institución, como la figura del Bastón Negro, nombre dado a un oficial de alto rango en la Cámara de los Lores, integrantes no electos del Parlamento.

Antes de que la reina dé su discurso, el Bastón Negro es enviado de la Cámara de los Lores a la de los Comunes para convocar a los miembros a escuchar el discurso.

Por tradición, la puerta de los Comunes es golpeada por el Bastón Negro, como símbolo de la independencia de los Comunes. Luego el Bastón Negro llamar a la puerta tres veces con su báculo, y en ese momento la puerta de la Sala de los Comunes se abre, y los miembros le siguen a la Cámara de los Lores.

Desde su trono, la reina entrega el discurso a la Cámara de los Lores. Cuando se acaba, las dos cámaras del Parlamento debaten el contenido del discurso durante cuatro o cinco días.

Las tradiciones que rodean la apertura del Estado y la entrega de un discurso por parte del monarca se remontan a por lo menos al siglo XVI, según el sitio web del Parlamento. La ceremonia actual se realiza desde el año 1852, cuando el Palacio de Westminster fue reabierto después del incendio de 1834.

La reina Isabel II viajó desde el Palacio de Buckingham al Palacio de Westminster -sede del gobierno- en un coche negro y dorado, tirado por caballos, escoltado por miembros de la Caballería real, que portaron sus distintivos cascos dorados con altos penachos rojos.

A la llegada de la reina a Westminster, la bandera de Reino Unido es arriada y el estandarte real es izado en el asta de la bandera. La reina se coloca la túnica blanca parlamentaria y la Corona del Estado Imperial, adornada con más de 3,000 piedras preciosas, incluyendo los 317 quilates del diamante Cullinan II, que dan un peso de 0.91 kilogramos.

Las casas del Parlamento todavía son registradas por los alabarderos de la Casa Real, los guardaespaldas ceremoniales de la Reina, justo antes de la apertura del Estado. La tradición se remonta a la Conspiración de la Pólvora de 1605, cuando el conspirador Guy Fawkes fue arrestado en la bodega mientras se preparaba para volar el parlamento.

Los controles se consideran «pintorescos», según el Parlamento que realiza inspecciones más serias hechas por la policía.

Otra tradición es la del «rehén» legislador. Cuando la reina deja el Palacio de Buckingham para viajar al Parlamento, un miembro del gobierno es retenido en el palacio para garantizar un regreso seguro del monarca, según el palacio.

El «rehén» es liberado una vez que la vuelve reina.

Con información de agencias.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí