Dos marchas de la generación Z se realizan en Colima; una termina en disturbios

Colima.- Este sábado se llevaron a cabo en Colima dos manifestaciones simultáneas contra la inseguridad y en rechazo a las políticas del gobierno federal y estatal. Ambas formaron parte de las protestas convocadas en distintas ciudades del país, principalmente impulsadas por jóvenes de la Generación Z, a quienes se sumaron ciudadanos y algunas organizaciones civiles.

La primera marcha, más numerosa pero con menor presencia de jóvenes, partió del Jardín Núñez hacia el Jardín Libertad. Con banderas de México y pancartas con el logo de la caricatura One Peace, los manifestantes expresaron su repudio a los resultados en materia de seguridad y su inconformidad por la creciente violencia en el país. Entre las consignas destacó también el reclamo por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.

Al llegar al Jardín Libertad, el contingente realizó un recorrido por las calles aledañas para finalmente concentrarse frente a Palacio de Gobierno, donde se instaló un templete desde el cual varios ciudadanos compartieron mensajes sobre la inseguridad y su inconformidad con los gobiernos federal y estatal. El ambiente se mantuvo en relativa calma.

Sin embargo, esta tranquilidad cambió con la llegada de la segunda manifestación, integrada mayoritariamente por jóvenes de la Generación Z, vestidos de negro y algunos con pasamontañas. Aunque al principio fueron recibidos con aplausos, pronto generaron inconformidad al anunciar su intención de vandalizar el Palacio de Gobierno.

Esto provocó una fuerte discusión entre ambos grupos, que por momentos estuvo cerca de convertirse en un enfrentamiento físico. Finalmente, los integrantes de la primera marcha decidieron retirarse, dejando que el grupo más radical realizara sus acciones.

Los jóvenes comenzaron con pintas de grafiti, que rápidamente escalaron a intentos por derribar la puerta principal del Palacio de Gobierno, la misma que había sido reparada recientemente tras los disturbios del pasado 8 de marzo. Algunos manifestantes arrojaron piedras contra las ventanas del recinto, rompiendo varias de ellas.

En respuesta, elementos de la fuerza pública utilizaron gas azul y rojo tipo extintor para contenerlos. Tras varios minutos de tensión y forcejeo, los granaderos lograron impedir que los jóvenes ingresaran al edificio, replegándose finalmente en la entrada hasta dispersar a los inconformes y dar por concluida la manifestación.

Hasta el cierre de esta nota no se ha informado sobre personas detenidas ni lesionadas. Las autoridades estatales tampoco han emitido un posicionamiento oficial.