¿QUÉ VIENE?
Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ
Se entiende que nada es para siempre. Además, cuando la crisis es la que marca una relación o alianza, en medio de un entorno hostil, no necesariamente el largo plazo es el que prevalece en ella.
Lo regular es que, superado el trance, cada quien recoja su parque y regrese a su campamento.
Lo interesante de observar es lo acontecido este pasado sábado con el anuncio formal por parte del dirigente nacional de Acción Nacional: se rompe la asociación con el Revolucionario Institucional.
Claro está que, desde que se configuró, anunció y se puso a funcionar esta sociedad política, muchas voces anticiparon el fracaso, pues sus naturalezas se expulsaban de manera natural.
Sin embargo, otros creímos que su instinto de supervivencia iba a ser más fuerte. Se convertía en poderosa argamasa y sostén de esta aventura, pues el moreno y muy poderoso contendiente a enfrentar obligaba a ello.
Es más, hasta se especuló una posible fusión. Ver nacer un nuevo partido que tomara lo mejor de cada declaración de principios. Que, a partir de las prácticas electorales más funcionales de cada uno, se generaran estrategias efectivas. Incluso que, a partir de la experiencia de sus miembros destacables —que los tienen—, pudieran generar opinión y oposición crítica ante las acciones corrosivas que han venido surgiendo desde el poder.
Pues se acabó. Y rompen, aún en medio del cisma.
En el discurso, el dirigente esgrime razones de identidad, sobre todo, enfatizando en sus principios fundacionales de hace 86 años. Creo que nada han aprendido de lo que comenzó a suceder en la manera de pensar y sentir social del país, al menos desde 2006. Eso o fue una acción por encargo. Ya el tiempo lo dirá.
El alud autoritario seguirá avanzando, sin contención ni obstáculo.
Queda una sola esperanza: que los ciudadanos hagamos a un lado la apatía, el miedo y la pereza. Que seamos capaces de hacernos SURGIR.
MICROCUENTO
Un estremecimiento me recorre la columna. Siento cosquilleo en la nuca, producto de una ingrata sorpresa. Pierdo el control y entra el susto en el estómago. No entiendo del todo lo que veo. Me obligo a ver a detalle y descubro la anomalía: mugre domiciliación electrónica.