Colima.,- La Universidad de Colima (UdeC), a través de su Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (FCBA), sigue consolidando un trabajo colaborativo con apicultores, productores y sociedad en general del estado, para buscar soluciones a la creciente mortandad de abejas y consecuentemente de los polinizadores, fenómeno que afecta no solo a la apicultura, sino también a la producción agrícola y al equilibrio ambiental.
En entrevista, los académicos José Manuel Palma García y Elvira Silva Jiménez, junto al apicultor Francisco Larios Barbosa, compartieron los avances, desafíos y aprendizajes que se han alcanzado gracias a la suma de esfuerzos entre Universidad, productores y sociedad.
José Manuel Palma García destacó que, en colaboración con Elvira Silva Jiménez, desde 2018, la UdeC ha dado seguimiento puntual a los casos de mortandad masiva y a partir del 2022 diseñaron protocolos de muestreo, gestión de análisis especializados, así como acompañamiento a los apicultores en la búsqueda de soluciones y propuesta de ajustes en la legislación.
“La Universidad de Colima ha brindado argumentos técnicos que incluso permitieron modificar el Código Penal en beneficio de la apicultura. Hoy seguimos apostando al diálogo, la capacitación, la investigación y la vinculación como rutas para enfrentar el problema”, señaló el Dr. Palma.
Precisó que se comunica y capacita a la sociedad a través de cursos, conferencias y diplomados, en donde la Universidad encabeza esta estrategia, en fuerte colaboración con los apicultores y siendo un vínculo importante para la sociedad.
“Esta alianza -dijo- ha permitido que nuestros jóvenes estudiantes se vean favorecidos con prácticas y capacitación por parte de Francisco Larios Barbosa, quien inclusive aporta un apiario que se ubica en las instalaciones universitarias. En un momento dado pensamos algunas variantes para atraer a jóvenes y sociedad en general interesados en el tema de la apicultura y también de aquellos que no tienen ninguna experiencia en el tema”.
Con este enfoque, recientemente en la Universidad se aprobó la maestría de Escenarios socioambientales para la vida.
José Manuel Palma destacó que, con los trabajos realizados, se han obtenido algunos avances. “Se ha logrado sensibilizar a algunas empresas para que utilicen repelentes y otras estrategias agroecológicas, aunque necesitamos que más productores utilicen las diferentes tecnologías existentes en lugar de agroquímicos. También hay empresas que están utilizando control biológico con hongos contra plagas. Tenemos que fomentar estas alternativas contrarias al uso de agroquímicos”.
De igual manera, Elvira Silva Jiménez subrayó la importancia de la formación de nuevas generaciones con conciencia ambiental y sensibilidad hacia los polinizadores. Explicó que en el programa educativo de Ingeniero Agrónomo hay materias como agroecología, agricultura orgánica y polinización de cultivos. “Esto permite que los estudiantes se formen con una visión más integral, y asegura que tengamos profesionistas comprometidos con la sostenibilidad y con la defensa de la biodiversidad”, afirmó.
Resaltó que algo de suma importancia que se ha dado con los apicultores es que ya no ven normal la mortandad de abejas: “Anteriormente mencionaban que al año perdían un 10% de colmenas en un apiario, pero ahora, los cursos y capacitaciones que hemos dado, han servido para que conozcan que el tener abejas muertas no es normal y que existe una causa, la cual debe ser identificada”.
Por su parte, el apicultor Francisco Larios Barbosa resaltó el papel fundamental que ha jugado la Universidad de Colima como aliada de los apicultores. “El trabajo coordinado que se ha venido dando ha sido muy positivo, siendo los apicultores los más beneficiados”.
En ese sentido, precisó que actualmente los apicultores cuentan con un 30% de colmenas de las que se llegaron a tener en otras décadas, mientras que también quedan un 30% de apicultores. De seguir esta tendencia, dijo, la apicultura está altamente comprometida para el siglo XXI.
“Gracias al acompañamiento académico ha sido posible identificar causas y emprender acciones que antes parecían imposibles de lograr. Si no hubiera sido por el apoyo de la Universidad de Colima, estaríamos en la incertidumbre. Hoy, más apicultores nos hemos unido para enfrentar el problema y generar conciencia. Estamos en riesgo, pero no estamos solos”, finalizó.