MANZANILLO.- Representantes de asociaciones civiles, colectivos de pescadores y salineros realizaron una rueda de prensa la mañana de este miércoles 8 de octubre en Manzanillo, donde exigieron que el proyecto del Nuevo Puerto Laguna de Cuyutlán no provoque un ecocidio en este sistema lagunar.
Héctor Lara Chávez, activista local, aclaró que no se oponen de manera intransigente a la obra, pero consideró que el proyecto, tal como ha sido presentado, representa un grave desequilibrio para el entorno natural de la región, no solo para la laguna.
En primer término, Miguel Ramos Lugo, representante de la Sociedad Cooperativa de Salineros de Colima, expuso la postura de los colectivos reunidos y dio a conocer que ya presentaron requerimientos ante la Semarnat, en el marco de la consulta sobre la ampliación del puerto de Manzanillo.
Rechazó, a nombre de sus representados, las irregularidades que han marcado este proceso —el cual concluye este miércoles 8 de octubre— al considerarlo excluyente, irregular y carente de transparencia, simulando un ejercicio de participación ciudadana.
“De entrada, la consulta es solo en modalidad en línea, a través de la plataforma digital de Semarnat, lo que impide la participación de todos. En consecuencia, deja fuera a mucha gente; es decir, hablamos de una consulta excluyente”, señaló.
También lamentó que ninguna autoridad haya brindado información clara ni se haya hecho responsable de explicar a la sociedad el impacto de la obra.
“De por sí Manzanillo ya enfrenta una crisis ambiental severa que no ha sido atendida por ninguna instancia. Hay falta de agua, de servicios médicos, contaminación, deficiente manejo de aguas negras, colapso vial, inseguridad y, sobre todo, pérdida de especies”, expresó.
Agregó que, durante la creación del actual puerto, se prometieron medidas de mitigación y compensación ambiental que no se han cumplido.
Por ello, calificó como inadmisible avanzar hacia una nueva fase de expansión sin resolver los pendientes anteriores ni garantizar que no se repitan los mismos errores.
“Esto no es solo un trámite, son nuestras vidas y las de generaciones futuras; todo eso está en juego. El proyecto del nuevo puerto presenta irregularidades graves, por ejemplo, las obras de dragado comenzaron de forma irregular en enero del presente año”, afirmó.
Los asistentes también expresaron preocupación por la falta de información respecto al manejo del incremento en el tráfico de tráileres, considerando que la capacidad del puerto se multiplicará por cuatro.
“También hay ausencia de planes para el manejo de residuos y basura generados por barcos, así como para el control de emisiones de gases de estos y de los tráileres. Falta claridad en cuanto al suministro de agua, en una zona que ya presenta estrés hídrico severo”, añadieron.
Por su parte, Carmen “Mela” Velasco Chávez, representante del sector pesquero, manifestó su temor de que este gremio sea uno de los más afectados.
“Nos van a quitar del Vaso II de la laguna, que es el más productivo y profundo. Ahí capturamos por lo menos una docena de especies diferentes; es nuestro sustento, y cada vez tenemos menos opciones por decisiones unilaterales de las autoridades”, expuso.
Estimó que actualmente existen alrededor de 14 cooperativas pesqueras que agrupan a más de 600 trabajadores.
A su vez, Joyarit Saldaña Palomino, representante de los salineros locales, expresó su inquietud ante la posible tala de mil 165 hectáreas de flora, especialmente mangle.
“La mayor parte de la carga negativa se concentrará en el componente agua, seguido del suelo y el aire, todo eso derivado del dragado”, explicó.
Pidió a las autoridades atender realmente a los sectores afectados y garantizar su representatividad en el desarrollo del proyecto.
“Somos más de mil 500 familias que producimos sal desde hace siglos. Todo esto nos causa preocupación, sobre todo pensando en qué va a pasar con nosotros”, enfatizó.
Asimismo, Lourdes Cárdenas, activista armeritense, advirtió que la obra podría generar impactos no solo en Manzanillo, sino también en Armería, municipio que, dijo, ya enfrenta un grave estrés hídrico.
“En Armería ya se batalla mucho para conseguir agua; con la extensión del puerto hacia la Laguna de Cuyutlán se puede generar un nuevo daño ambiental”, sostuvo.
Finalmente, Héctor Lara Chávez agradeció la unión de los distintos colectivos, quienes —dijo— dan voz a quienes no la tienen y buscan que sus temores sean escuchados.
“Es necesario organizarnos como sociedad para exigir que se nos dé oportunidad de opinar y tener voz en esta obra. Eso debe hacerse mediante un consejo consultivo para el desarrollo sustentable de la Laguna de Cuyutlán”, concluyó.