¿CÓMO DETENER LA AMPLIACIÓN DEL PUERTO?

PARA PENSAR
Por: Carlos M. HERNÁNDEZ SUÁREZ

No se puede, así de claro.

La ampliación del puerto de Manzanillo va porque va. La presidenta ya dijo que es necesaria y que los daños serán mínimos. La secretaria de la SEMARNAT ya indicó cuál será el daño y que se enfocarán en obras compensatorias.

Mucha gente no anticipa que, muy pronto, cuando busques “Colima” en Wikipedia, aparecerá: “Pedazo de tierra alrededor del puerto de Manzanillo”. Así de importante es Manzanillo.

Alguna vez tuve la fortuna de reunirme con un grupo de habitantes de Cuyutlán. Les comenté que, en lugar de oponerse a la construcción de la planta de fertilizantes que se pretendía levantar en aquel entonces, sería mejor apoyarla y optar por las obras compensatorias. Pero eran tiempos electorales: los diputados buscaban nuevos puestos de representación popular y, así, en Cuyutlán, yo mismo vi cuando, con el puño izquierdo en alto, Alfredo Álvarez, Armando Reyna y otros dijeron “esta obra no pasará”. Y así fue.

En aquella ocasión, la titular del Ejecutivo estatal pidió a la directora del IMADES, Angélica Jiménez, que emitiera su opinión sobre el proyecto de la planta de fertilizantes, y el instituto respondió con una opinión negativa. Así lo manifestó la gobernadora y, siguiendo sus palabras, esa opinión fue lo que la motivó a no apoyar el proyecto.

El proyecto de ampliación del puerto ni siquiera puede retrasarse, porque no hay elecciones el próximo año que incentiven a políticos en busca de un puesto a salir a apoyar a los habitantes de Cuyutlán. En esta ocasión, el IMADES no ha emitido su opinión, ni negativa ni positiva.

Me queda claro que en México el tiempo no se divide en días, años, estaciones o si es de día o de noche. Solo hay dos épocas: la temporada electoral y el resto del sexenio.