En el marco del V Congreso Internacional de Gestión y Emprendimiento (CIGE) “Gestión e innovación para organizaciones con visión de futuro”, se impartió la conferencia virtual “Habilidades blandas: motor para la gestión y el emprendimiento”, a cargo de Lina Grisales Usuga, profesora e investigadora de la Universidad de Boyacá, Colombia.
Este congreso fue organizado por las facultades de Contabilidad y Administración Manzanillo y Turismo y Gastronomía de la Universidad de Colima, en colaboración con la Universidad de Boyacá.
Durante su ponencia, Lina Grisales explicó que una habilidad es la capacidad de una persona para realizar una tarea en un contexto determinado: “Se refiere a saberes, hábitos y atributos personales que favorecen el desempeño laboral, propician relaciones sociales armónicas y se reflejan en conductas que promueven el bienestar individual”.
Precisó que estas habilidades no se desarrollan únicamente en la universidad, aunque ahí pueden promoverse y potenciarse: “Las habilidades las desarrollamos a lo largo de la vida, mediante la interacción con distintos contextos”.
La investigadora describió tres tipos principales de habilidades: Cognitivas, que relacionan la capacidad innata para resolver problemas con los conocimientos adquiridos para hacerlo, usando pensamiento lógico, intuitivo y creativo; Técnicas: conocimientos y destrezas que se adquieren, por ejemplo, elaborar una hoja de cálculo en Excel y Sociales o de comportamiento: conocidas como habilidades blandas o habilidades para la vida, que incluyen rasgos de personalidad que favorecen la convivencia y la colaboración.
Al integrarse, estas habilidades conforman las competencias, entendidas como la capacidad de articular saberes, habilidades y actitudes para resolver situaciones reales. “Para ser competente se necesita saber ser, saber hacer y saber”, puntualizó.
Lina Grisales citó un estudio de Harvard que muestra cómo las habilidades blandas -como colaboración, adaptabilidad o pensamiento crítico- son cada vez más valoradas en el ámbito laboral, incluso por encima de algunas habilidades técnicas especializadas. “En entornos laborales que cambian rápido, la capacidad de adaptarse, cambiar de rol, aprender nuevas herramientas y responder ante lo inesperado es esencial”, subrayó.
Explicó que contar con competencias interpersonales y de adaptación permite a una persona asumir mayores responsabilidades y enfrentar retos más complejos, incluso si no domina las habilidades técnicas más avanzadas en un inicio.
Finalmente, la investigadora destacó que el emprendimiento es un desafío que requiere esfuerzo, pasión y perseverancia, pero también un conjunto de habilidades esenciales. “El tesón no es suficiente para gestionar una empresa: se necesita comunicación, pensamiento crítico, compromiso, flexibilidad, trabajo en equipo, resiliencia y liderazgo”, concluyó.