EL COMALA DE LA IMAGINERÍA

EL COMALA DE LA IMAGINERÍA
Por: Noé GUERRA PIMENTEL

En la imaginería, o en las imágenes literarias o audiovisuales creadas, personificadas y usadas sobre lo que percibimos, podemos encontrar una amplia gama de posibilidades; en esa condición, Comala el pueblo y Comala el municipio, ha sido vasto. Yo; por ejemplo, lo encuentro en dos dimensiones, la del Comala ficticio y la del Comala real. El primer Comala, pertenece a las interpretaciones que, a partir de la imaginación se han construido, recreado, hasta prácticamente materializarlas y, el segundo, al que conocemos, seamos fuereños, vecinos o locales.

El primer Comala, el de la ficción es, por ejemplo; el Comala del cacique Pedro Páramo de la novela de Juan Rulfo, esa que entre difuntos revive a un Comala en ruinas, muerto; resultado de las guerras civiles por las que transitó. Otro Comala ficticio, pero con una imagen viva, contraria, es la del video de la mundialmente conocida canción de Roberto Sierra García, “El Viajero”, en la voz de Luis Miguel que fugaz vuela sobre Nogueras; como “Peces de ciudad”, de Joaquín Sabina, con aquello de: “En Comala, comprendí que al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver…” El andaluz que, quizá con alguna referencia, inspiró su ideal romance en un Comala recreado sin apenas conocerlo.

También tenemos el ficticio Comala del teatro, el del drama que, con instantáneas sobre la obra rulfiana se presentó en Colima sobre la década de los 90, con una trama que perdí entre los desnudos juveniles que danzaban frenéticos bajo las luces intensas del teatro de la Casa de la Cultura. Una revelación, ese ajeno Comala, que con su montaje surrealista traía esta agrupación que dejó aquí a dos de sus actores. Sé de otra versión escénica reciente, un estudio teatral o comedia musical que desconozco: “Comala, Comala”, hasta hace unos meses en cartelera en la Ciudad de México.

Dentro de ese Comala ficticio, también encontramos todos los Comalas que Alberto Isaac, hijo adoptivo de esta tierra, recreó con su rica filmografía en títulos como: En este pueblo no hay ladrones, Tiempo de lobos, El rincón de las vírgenes, Los días del amor y Mujeres insumisas; historias en las que menciona y reinventa a Comala, escenario e inspiración que solamente él podía imaginar. El Comala que en la ficción trajo a personajes como: García Riera, Monsiváis, García Márquez, Carlos Fuentes, Buñuel, Arau, Ripstein, Cuevas, Carrington y el propio Rulfo, que actuaron en la película “En este pueblo no hay ladrones”.

A la par, tenemos al otro Comala, al real, a este. El que caminó Isaac como nosotros, aquí entre las calles y banquetas que le aquejaban. El de los vecinos que aquí viven; el del volcán y el de las lagunas volcánicas; el de las fachadas blancas, ese que le valió que en los años 60s, le reconocieran como “Pueblo blanco”; el de los techos rojos de teja de barro; el de bajada o subida, depende; el de las calles empedradas; el de las fotos perfectas a todas horas. El Comala real que recibe mucho turismo, pero que lamentablemente carece de estacionamiento. El de Alejandro Rangel Hidalgo, hijo ilustre de la original arquitectura y mobiliario orgánico, el que puso en los ojos del mundo la Navidad mexicana; el de la casa-museo de Nogueras y jardín botánico.

Pero también el Comala verídico, el de las máscaras de Herminio Candelario y el de las brujas y brujos de Suchitlán. El Comala violento, el del “nagual” revolucionario, el “Indio Alonso” y su incriminada Ramona Munguía; y el Comala de La Cristiada, el de Gorgonio Ávalos, el “chamán” agrarista. El Comala más antiguo, el de la República de Indios y el prehispánico, aquel del que sin saberlo muchos, regaló los tlalchichis o perritos cebados, cuya replica circula traspasa fronteras como uno de los símbolos de la mexicanidad.

Sin faltar en el Comala real, el aromático café premiado internacionalmente; el del ponche de granada y de tamarindo; el de los picones y, por supuesto, el de los infaltables botaneros. Ese es el Comala Mágico nuestro, gracias a Leticia Navarro Ochoa, distinguida comalteca de El Remate; quien el 18 de septiembre del 2002, siendo secretaria de turismo concretó esta figura instaurándola en Comala, Colima.