COLIMA.- La charrería es más que un deporte: es símbolo de historia, de raíces profundas y de identidad nacional. Nacida de las faenas del campo, de la agricultura y la ganadería, se convirtió con el tiempo en una práctica reglamentada y reconocida como el deporte nacional por excelencia, que conjuga destreza, disciplina y un profundo amor por México.

Portar el traje charro no es únicamente lucir una vestimenta elegante, sino vestir la esencia de la mexicanidad, una herencia que transmite valores como la valentía, el compañerismo y el respeto por la tradición.

En este contexto, el presidente de la Unión de Asociaciones de Charros del Estado de Colima, Víctor Chávez Sánchez, compartió en entrevista el orgullo de representar a un gremio que mantiene viva esta tradición. Señaló que en el estado hay alrededor de 300 a 320 charros y damas charras federados, registrados ante la Federación Mexicana de Charrería, aunque existen muchos más que, sin registro formal, practican y sienten la charrería con la misma pasión.

“Charros somos bastantes, y lo más importante es que las nuevas generaciones vienen empujando con fuerza; niños y jóvenes que ya se forman en escuelas de charrería y que son garantía de continuidad”, destacó.

Chávez Sánchez explicó que ser charro puede ser una herencia, pero también una elección.

“Hay quienes nacemos dentro de la charrería, porque lo vivimos en familia, y hay quienes la descubren y se enamoran de ella. Lo cierto es que nunca es tarde: cualquiera puede aprender, acercarse, y basta con vestir el traje charro, el traje de México, para ser parte de esta tradición”.

En su mensaje, también agradeció a las autoridades estatales y municipales, en especial a los Ayuntamientos de Villa de Álvarez y Colima, por respaldar y hacer equipo en la organización de los festejos. Subrayó que este apoyo fortalece no solo al gremio charro, sino a la sociedad que encuentra en estas celebraciones un motivo de unión y orgullo.

Asimismo, recordó que la charrería es más que espectáculo: es parte de la historia y de la defensa de la nación.

“Después del Ejército, los charros hemos sido la segunda fuerza en la defensa de México. Por eso portar el traje charro no es solo un honor, es un compromiso con nuestra tierra y con nuestras raíces”, expresó con firmeza.

La conmemoración del Día del Charro en Colima incluyó un programa lleno de tradición y alegría: la coronación de las soberanas infantiles, Ana I Primera y Casia Primera, reinas de la Unión de Asociaciones de Charros; un desfile desde la Glorieta del Charro hasta el Jardín de Villa de Álvarez, en el que participaron cabalgaduras, escaramuzas y familias enteras; y la presencia en el Festival del Mariachi, que engalanó con música regional la jornada festiva.

Más allá de la ceremonia, la atmósfera estuvo impregnada de orgullo. Familias, charros, escaramuzas y público en general se unieron en un mismo sentir: celebrar la tradición que en 1934 quedó instituida como Día del Charro y que, año tras año, fortalece la identidad de México.

En Colima, ayer domingo 14 de septiembre, la conmemoración fue testimonio de que la charrería sigue viva, transmitiéndose de generación en generación, adaptándose a los tiempos pero sin perder su esencia. Con fervor, gratitud y alegría, los charros colimenses reafirmaron su compromiso de mantener encendida la llama de esta práctica que no solo es patrimonio cultural de la nación, sino también un orgullo compartido que une a todo un pueblo bajo los colores de la tradición mexicana.

Derechos Reservados AF