COLIMA.- La Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Colima, en colaboración con la asociación Pura Vida, llevó a cabo una capacitación dirigida a pescadores y prestadores de servicios turísticos sobre el manejo sustentable y la conservación de los arrecifes coralinos, en sus instalaciones.

La capacitación estuvo a cargo de la bióloga Mariana Gudiño, de la Asociación Pura Vida, especializada en investigación, educación ambiental y conservación de la vida silvestre, y el Dr. Marco Agustín Liñán Cabello, experto en Biotecnología y profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Marinas.

Uno de los principales objetivos de esta capacitación fue la creación de un protocolo de buenas prácticas para el manejo sustentable de los arrecifes coralinos, involucrando a autoridades municipales y marítimas, así como a prestadores de servicios. Se discutieron técnicas para mejorar la salud y cobertura del coral, con el fin de reducir la capacidad de carga en sitios turísticos concurridos, apoyados por un programa de financiamiento a largo plazo.

Durante la sesión, los especialistas abordaron los arrecifes coralinos como uno de los ecosistemas más antiguos y biodiversos del planeta, que albergan el 25 por ciento de todas las especies marinas. Estos arrecifes se forman a lo largo de los siglos a partir de carbonato de calcio y son habitados por pólipos de coral, gusanos tubícolas, bivalvos y algas calcáreas, según explicó el doctor Marco Liñán.

El experto profundizó en las principales amenazas para los arrecifes coralinos, como la sobrepesca, huracanes, el tránsito portuario, patógenos, la pesca con dinamita, la extracción de corales, la sedimentación y el turismo. En particular, destacó la práctica en Manzanillo, de agencias turísticas que venden fotografías con corales y los extraen sin considerar el daño que esto causa. Dado que los corales crecen solo unos pocos centímetros al año, este tipo de extracción puede tener un impacto devastador y de largo plazo.

Liñán también mencionó otros factores de riesgo como el cambio climático, que afecta gravemente a los corales debido a su sensibilidad a variaciones de temperatura, la acidificación del agua, la pesca no regulada, el encallamiento de barcos, los daños causados por anclajes, la extracción para joyería y artesanía, y la contaminación por agroquímicos, drenaje y sedimentos.

En México, la regulación de los arrecifes coralinos es visible en zonas como Quintana Roo y Yucatán, donde, por ejemplo, se restringe el uso de bloqueadores solares para proteger estos ecosistemas. Sin embargo, en Manzanillo aún falta la creación de un protocolo o certificación que garantice la protección de los corales, lo que dio origen a esta colaboración con la Asociación Pura Vida.

Durante la capacitación, los pescadores y prestadores de servicios turísticos compartieron experiencias y anécdotas relacionadas con la afectación de los corales debido a la falta de conocimiento sobre prácticas adecuadas de manejo. Todos coincidieron en que estas iniciativas son clave para mejorar la gestión de los recursos marinos y promover las buenas prácticas entre los involucrados.

En una segunda sesión, los participantes trabajaron en equipos para realizar una zonificación de la Bahía de Carrizales. Aprovechando su experiencia, dividieron la bahía en diversas zonas con restricciones específicas, asignando áreas para buceo, anclaje de embarcaciones, deportes acuáticos y zonas limitadas para proteger la flora y fauna locales.

Este trabajo colaborativo permitió desarrollar un plan de manejo integral y participativo para la protección de la Bahía de Carrizales, el cual incluye una investigación en curso y el establecimiento de un esquema de protección, que contempla la instalación de boyas, en colaboración con otras instituciones.