La ley Censura y Noroña
Por: Carlos AGUIRRE
Hace unos días la Presidenta presentó la nueva versión de la que se ha conocido como Ley Censura, es decir, la Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que abrogará en caso de ser aprobada, la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
En mucho la ley nueva es una copia fiel de la ley vigente, con algunas modificaciones, sobre todo actualizaciones a la realidad y que básicamente busca que sea acorde a los tiempos actuales, dado el avance tecnológico y los derechos humanos, principalmente desde luego, el que se refiere al derecho al internet.
Algo que buscaba la nueva ley, al menos en la versión de hace un mes, es la censura. De inmediato fue cuestionada y es que el artículo 109, dice textualmente:
“Artículo 109. Las autoridades competentes podrán solicitar la colaboración de la Agencia para el bloqueo temporal a una Plataforma Digital, en los casos en que sea procedente por incumplimiento a disposiciones u obligaciones previstas en las respectivas normativas que le sean aplicables.
La Agencia emitirá los Lineamientos que regulen el procedimiento de bloqueo a una Plataforma Digital.”
Solo dos párrafos y se armó una revolución, eso le da manga ancha a la autoridad que, muchos se sintieron amenazados, reclamaron y se logró que la iniciativa presidencial se modificara y excluyera ese artículo, tal cual. Antes de eso, vino la consabida intervención de la presidenta diciendo que “…no era la intención censurar…”, “…que era un malentendido…” que se modificaría y se modificó. Así la conferencia mañanera del miércoles 14 de mayo pasado, fue se presentó la propuesta modificada.
Lo curioso, es que la mayoría oficialista del Senado de la República aprobó el 29 de abril de este año el formato para los “…conversatorios de análisis y propuesta del dictamen por el que se expide la Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión y se abroga la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión Vigente…”. Es decir, cuando se estaría llevando el tercero de cuatro conversatorios, en los que los interesados podrían expresar sus puntos de vista respecto de la propuesta de ley, justo en medio de la consulta, la presidencia de la república ya sacó sus conclusiones y envió la nueva propuesta.
¿Así o más claro? Al gobierno no le interesa la opinión de la gente, solo cumplir sus objetivos, ¿Cómo es posible que sin tomar en cuenta la consulta que ellos mismos ofrecieron, presenten la iniciativa pero “corregida”?
Ahora bien, nos dicen que no hay interés en la censura, que este gobierno no la considera y dos hechos muy claros lo desmienten. Al periodista Hector de Mauleón de entre otros medios, El Universal, le fueron ordenadas medidas cautelares por parte del Tribunal Electoral de Tamaulipas, por una publicación de hace casi 3 semanas, “Huachicol y Poder Judicial en Tamaulipas” se tituló, en la que desde su óptica ventila turbias operaciones y expone de una manera muy cuestionable a una candidata a magistrada del Supremo Tribunal Electoral. Las medidas cautelares dictadas a Mauleón y a El Universal entre otras cosas, que la publicación de referencia se retire de sus plataformas, cosa que no ha sucedido y que se infiere, no sucederá. El ataque censurador está en marcha y se avecina una fuerte lucha por ello, incluidas la amenaza de multas y cárcel.
El otro hecho sucedió ayer, en el que un ciudadano mexicano de quien omito su nombre por respeto, fue humillado públicamente porque se atrevió a “insultar” al presidente del Senado mexicano, al innombrable Noroña. Muchos recordarán el episodio que sucedió hace algunas semanas en el que un tipo común y corriente increpó a Noroña quien hipócritamente estaba en la sala VIP de una línea aérea en un aeropuerto nacional. Al ver a Noroña ahí, no se contuvo y le gritó, se confrontaron verbalmente. El senador, sintiéndose insultado, (ya ven que es muy modosito) manifestó que acudiría a las instancias correspondientes a denunciar el hecho. Y así, ayer 19 de mayo, el valiente ciudadano, tuvo que disculparse públicamente, en vivo y en red nacional, para que Noroña retirara los cargos contra él. Fue expuesto y humillado, fue mostrado al mundo como un imbécil que se atrevió a atacar a Noroña. Éste con toda la fuerza del estado, actuando sobre los funcionarios de la Fiscalía General de la República y en las instalaciones del Senado, ambas ahora para su uso personal, protagonizó un acto en el que se muestra como lo que es, un tipo ruin y odioso.
La libertad de expresión parece que es unidireccional, solo los funcionarios pueden decir y hacer lo que quieran, nosotros debemos medirnos y rendirnos. Los insultos desde las instancias oficiales son pétalos de rosa y las palabras fuertes de los ciudadanos, son amenazas que serán castigadas con todo el peso de la ley.
Así las cosas. ¿Qué sigue?