El presidente de EU, Barack Obama, está perdiendo la paciencia con el coronel Muamar Gadafi, que se niega a dejar el poder, como le ha pedido estos últimos días, como única salida para evitar una guerra civil en Libia.
Ayer, el mandatario pasó a la ofensiva y dejó claro que, si es necesario el uso de la fuerza lo ordenará. Un motivo inmediato sería que el acorralado líder libio ordenase desde su trinchera en Trípoli bombardear de nuevo a la población que se ha sublevado y que ha tomado ya el control de la mayoría de las ciudades del país e incluso de la industria petrolera.
Para evitar contratiempos, Obama planteó ayer a la ONU la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia con objeto de impedir ataques aéreos de las fuerzas armadas que siguen guardando fidelidad a Gadafi. El presidente de EU planteó ayer esa posibilidad al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, al tiempo que maniobra en las diferentes cancillerías para que esa medida bélica tenga la bendición del Consejo de Seguridad.
El anuncio de Obama se produce tras el “no” de los rebeldes a la oferta de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, de poner a disposición de las tropas que combaten al régimen el poderío militar y disuasorio de EU. Según fuentes rebeldes, el rechazo es mayoritario entre la población, que por un lado confía en que el gobierno del coronel caería finalmente, y por otro teme una invasión estadunidense como la de Irak.
Pese a esto, Clinton advirtió ayer que “ninguna opción está descartada mientras Gadafi siga matando a su pueblo”.
“En caso necesario”. A la espera de que la comunidad internacional se pronuncie sobre la exclusión del espacio aéreo libio, el Pentágono ya ha ordenado a sus buques de guerra en el Mediterráneo que se acerquen al país norteafricano para actuar “en caso necesario”.
Sobre este punto, los gobiernos de Londres y Ottawa, aliados tradicionales de Washington, ya se han pronunciado a favor de una solución armada si las tropas de Gadafi recuperan terreno o se desencadena finalmente un nuevo ataque contra la población.
Sobre este punto, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, dio ayer los primeros pasos para lo que podría ser una acusación contra Gadafi por crímenes contra la humanidad, por los que el dictador libio podría ser conducido a la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya.
Con información de Crónica.