16 de septiembre

Miniaturas
Por: Rubén Pérez Anguiano*

  • La música, el griterío y los sombrerazos se dan cita entre el atardecer del 15 y el amanecer del 16 de septiembre. Mucha alegría y brindis, mucha celebración de lo que se dice “mexicano”, mientras el país se asoma a la desintegración con algo más que la simple cohetería.

  • Según la información disponible, al menos 29 municipios de siete entidades del país cancelaron los festejos patrios debido a la falta de condiciones para garantizar la seguridad de la población. Esas condiciones se refieren al activismo de grupos beligerantes del crimen organizado, en disputa por lo que consideran sus “territorios”.
  • La inseguridad evidente y reconocida en esos municipios es apenas una expresión superficial, como si se asomara la cúspide de un iceberg. En otras zonas del país, regiones enteras, incluyendo carreteras y caminos, existe un dominio de grupos extralegales que suelen entrar en colisión, mientras las autoridades civiles y militares son testigos silentes. En buena medida el país está en guerra.
  • Si un territorio aparece bajo control de una fuerza extralegal quiere decir que allí no funcionan las instituciones, pues no es posible que un Estado deje de imponer su poder en una zona específica de su territorio. Así de sencillo.
  • Si un grupo armado impone su voluntad en una porción del territorio, controla quién entra o quién sale, decide lo que se puede hacer o no y cobra impuestos ajenos a la legalidad, es que en esa zona no existe voluntad soberana de la nación. No puede ser de otra forma y eso no debería ser digno de festejo en las regiones donde aún se respira un poco de paz.
  • Por cierto, en este mundo al revés familias chiapanecas huyen a Guatemala para protegerse de la violencia. Durante décadas la ruta del refugio se recorrió en otro sentido.
  • Los homicidios dolosos en México se acercan a una cifra récord durante este periodo de gobierno, lo que incluye a feminicidios y asesinatos de jóvenes. Mención especial merece la cantidad de desaparecidos. Los datos se vuelven un escenario de disputa y hasta podríamos hablar de una guerra de interpretaciones, pero es fácil advertir que nadie debería sentirse satisfecho de lo que se experimenta en seguridad pública.
  • En las ciudades mexicanas comienzan a multiplicarse los casos de enfermos mentales deambulando por las calles, resultado de una crisis de adicciones similar a la que se experimenta en otras regiones del mundo. Pronto las ciudades podrán verse invadidas por legiones de zombies y Colima está entre ellas. Nada más mirar lo que está ocurriendo en nuestras calles.
  • En el aspecto político, concluyó (de forma aparente) la travesía legislativa de la reforma al poder judicial, dejando más incertidumbre que respuestas, a pesar de los discursos arrogantes de la línea oficial. Podrá decirse mucho al respecto, pero lo cierto es que se impuso una reforma que, en lugar de solucionar problemas, creará otros más. Nada más cosa de esperar a la operatividad electoral de la elección de jueces y ministros.
  • La controvertida reforma fue firmada el 15 de septiembre por el presidente Andrés Manuel para su publicación, a pesar de que existía una suspensión mediante amparo, pero bueno, eso es peccata minuta frente a la ilegalidad festiva de los últimos años.
  • En fin, un panorama poco digno para alentar el festejo, el grito bravío y el patrioterismo infantil, pero vayamos a emborracharnos, a olvidar, a postergar la tristeza, a conjurar la desilusión y, claro que sí, ¡Que viva México!

 

*Rubén Pérez Anguiano, colimense de 56 años, fue secretario de Cultura, Desarrollo Social y General de Gobierno en cuatro administraciones estatales. Ganó certámenes nacionales de oratoria, artículo de fondo, ensayo y fue Mención Honorífica del Premio Nacional de la Juventud en 1987. Tiene publicaciones antológicas de literatura policiaca y letras colimenses, así como un libro de aforismos.