Ginebra.- Al corte de este 30 de julio, la Organización Mundial de la Salud reportó un total de 16 millones 812 mil 755 casos acumulados y 662 mil 95 muertes por COVID-19, con América a punto de llegar a los 9 millones de casos.

Este día, el continente americano suma 8 millones 980 mil 181 casos y 346 mil 554 muertes, manteniéndose como la región más afectada y quien reúne a los dos países que aportan la mayoría de casos: Estados Unidos y Brasil.

Por número de casos Norteamérica concentra 4 millones 323 mil 160, Brasil 2 millones 483 mil 191, India un millón 583 mil 792, Rusia 835 mil 499, Sudáfrica 471 mil 123, México 402 mil 697, Perú 965 mil 5, Chile 351 mil 575, Reino Unido 301 mil 459 e Irán 298 mil 909.

Por número de muertes, Estados Unidos concentra 148 mil 640, Brasil 88 mil 539, Reino Unido 45 mil 961, México 44 mil 876, Italia 35 mil 129, India 34 mil 968, Francia 30 mil 120, España 28 mil 441, Perú 18 mil 612 e Irán 16 mil 343.

Jóvenes impulsan COVID-19 en muchos países en verano

Los picos de casos de COVID-19 en algunos países están siendo impulsados en gran parte por personas jóvenes que bajan la guardia durante el verano en el hemisferio norte, aseguró el director de la Organización Mundial de la Salud este jueves.

“Lo hemos dicho antes y lo diremos nuevamente: los jóvenes no son invencibles. Los jóvenes pueden infectarse, pueden morir y transmitir el virus a otros. Es por eso por lo que deben tomar las mismas precauciones para protegerse a sí mismos y a los demás», subrayó Tedros Adhanom Gebreyesus.

Tedros aseguró que una de las tareas más difíciles ahora es precisamente hacerles entender a los jóvenes sus riesgos, que, según los expertos de la OMS, son más graves de lo que normalmente se cree.

“El COVID-19 causa una enfermedad inflamatoria en los pulmones, pero está demostrado que este proceso se extiende al sistema cardiovascular, a la sangre, al corazón, potencialmente a otros órganos. Entonces en muchos casos, aunque esta enfermedad sea leve, puede afectar varios órganos, y aún no sabemos cuáles son los impactos a largo plazo de esto”, explicó el director de emergencias Michael Ryan.

Ryan, dijo que los científicos que elaboraron un estudio reciente en Frankfurt, Alemania, realizaron resonancias magnéticas al corazón de varios pacientes de COVID-19 que se recuperaron y nunca tuvieron que ser internados en un hospital, y hallaron grandes cambios inflamatorios en el músculo cardiaco.

El experto indicó que la inflamación es la reacción del cuerpo contra la presencia del virus, pero puede ser dañina y en el caso del sistema cardiovascular, llegar a acelerar condiciones crónicas del corazón en los jóvenes que las iban a desarrollar mucho tiempo después.

“La verdad no sabemos cuáles son las consecuencias a largo plazo, ¿para qué arriesgarse? Es muy importante que tomemos esas opciones en cuenta y protejamos nuestra salud. Por supuesto queremos que la gente sea altruista y proteja a los demás, pero también se trata de estar seguros: sea inteligente, no asuma riesgos que no puede cuantificar, y estos riesgos ahora no se pueden cuantificar”, enfatizó.

Agregó que, aunque la OMS espera que aquellos recuperados lo hagan completamente, hay personas que ya están reportando problemas para tolerar el ejercicio y respirar.

“Por eso queremos evitar todas las infecciones de COVID-19, no solo las que llevan a la muerte. No solo para reducir la transmisión, sino también para evitar los impactos a largo plazo”, concluyó.

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